La Asociación Motorista de Protección a la Infancia Contra el Abuso, PICA, fue la ganadora del 17 Premio a las Buenas Prácticas Ciudadanas de Ebrópolis por la ayuda que prestan a menores que sufren abusos, físicos o psicológicos. El jurado, de forma unánime, ha reconocido su labor de acompañamiento a menores víctimas y también su esfuerzo en prevención de situaciones de violencia y acoso. Este galardón supone un premio de 6.000 euros en equipamiento y una escultura conmemorativa.

Esta entidad está formada íntegramente por voluntarios y es a ellos a quienes han querido reconocer con este galardón, indicaron desde Ebrópolis.

Ante la dificultad para elegir a un solo ganador entre las 97 candidaturas presentadas, la organización decidió otorgar una Mención Especial al Voluntariado del hospital San Juan de Dios, compuesto por unas 150 personas y organizado y gestionado por el propio centro, por «una labor que contribuye a humanizar la atención sanitaria y dar apoyo emocional a los enfermos del hospital».

En un acto presidido por el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, también se reconoció con el Premio a la Trayectoria José Antonio Labordeta a Fundación La Caridad, que desde hace 120 años desarrolla programas para personas con dificultades en su integración social y laboral. El jurado destacó su «ejemplo de colaboración con otras entidades públicas y privadas».

Para el alcalde, «estos premios son una muestra de la generosidad y hasta del amor que muchos vecinos de Zaragoza sienten hacia su ciudad y hacia quienes en ella convivimos».

Santisteve también tuvo palabras para la asociación ganadora. «Del mismo modo que la violencia sobre las mujeres es hoy una lacra contra la que debemos luchar sin descanso, el abuso y la violencia sobre niños y niñas es una realidad ante la que no cabe otra reacción que la indignación y el rechazo radical», declaró.

La Asociación Motorista Protección a la Infancia Contra el Abuso, está integrada por personas voluntarias, que dedican su tiempo libre a proteger y acompañar a menores en su actividad diaria, para que pierdan el miedo a integrarse en la sociedad.