Aragón cuenta con tres embalses que no cumplen el objetivo para el que fueron construidos; son denominados infraestructuras "inútiles" o incluso "fracasos hidráulicos" por las asociaciones ecologistas, que abogan por su desmantelamiento y por la recuperación del ecosistema fluvial de los ríos.

Estas presas tienen nombre propio: Mularroya, Montearagón y Lechago. Tres embalses, uno en cada provincia aragonesa, con un "gran impacto ambiental" y un "intenso efecto" en la población de la zona, de los que no se ha obtenido "ningún beneficio" pese al esfuerzo económico que ha supuesto para las arcas públicas.

Así queda recogido en el informe 'Grandes Fracasos Hidráulicos' de Ecologistas en Acción, donde aparecen quince grandes embalses distribuidos en siete Comunidades Autónomas, entre ellas Aragón.

La poca utilidad de estas infraestructuras obedece a diferentes cuestiones. O están situados en cauces con un escaso nivel de agua o cuentan con fallos y deficiencias importantes en su construcción o simplemente no satisfacen ninguna demanda.

En estos supuestos se encuentran las tres presas aragonesas a las que las asociaciones ecologistas no encuentran sentido y que son buenos ejemplos para ilustrar la realidad hidráulica del resto del país, porque cada uno obedece a una cuestión diferente.

"No estamos totalmente en contra de los embalses; sino que apostamos por construirlos en condiciones y en utilizarlos de manera responsable", explica a EFE la coordinadora del área de Agua de Ecologistas en Acción, Natalia Funes, quien añade que en este informe han puesto el foco en los que no funcionan.

Y uno de ellos es la presa de Lechago; ubicada en la comarca del Jiloca (Teruel). De apenas 8 hectómetros cúbicos, se construyó para abastecer las necesidades del regadío de la zona sobre un río -Pancrudo- de escaso caudal, que dificulta el embalse de agua.

Para paliar esta escasez, indica Funes, se planteó la derivación de agua desde el Jiloca, el principal río de la zona, lo que ha requerido la construcción de un canal de derivación y una estación de bombeo que supone un aumento del precio del agua, que los regantes "no estarían dispuestos a asumir".

Por ello, aunque todavía no está operativa, desde Ecologistas en Acción atisban su escasa funcionalidad y piden su desmantelamiento.

En la provincia de Huesca, cerca del Parque Natural de la Sierra de Guara, se encuentra el pantano de Montearagón, construido en 2010 con una capacidad de 52 hectómetros cúbicos para abastecer de agua a la ciudad de Huesca y para regular el canal de la Hoya, que suministra agua a los cultivos de la zona.

Desde el inicio de las obras, Montearagón presentó graves problemas de fracturas y no superó las pruebas de carga y descarga, que fueron detenidas en 2013 por comportamientos "anómalos", indica.

Para intentar solucionarlo, se han realizado cambios de cierta envergadura que han requerido alargar el plazo y el presupuesto.

Pero no ha sido suficiente. "En el lado izquierdo del dique pueden observarse grietas", apunta Funes. El resultado es que, en estos años, el máximo de agua embalsada en Montearagón no ha podido superar el tercio de su capacidad.

Dados los problemas estructurales e hidráulicos, para Ecologistas en Acción sólo existe una solución, la demolición del dique y la restauración del cauce mediante un plan de recuperación.

Y en la provincia de Zaragoza se ubica la presa de Mularroya. Las obras del pantano fueron iniciadas en 2008 y paralizadas por el Tribunal Supremo en 2013, que ratificó la nulidad de la declaración de impacto ambiental que había dictaminado años antes la Audiencia Nacional por no respetar zonas de la Red Natura 2000.

Pese a ello, las obras se reanudaron por decisión del Ministerio de Agricultura, que declaró esta obra de interés público de primer orden", recuerdan desde Ecologistas en Acción.

Este caso es especialmente "preocupante", según Funes, por motivos de seguridad. "Es una presa de materiales sueltos y en caso de que no se finalizaran las obras y se produjera una riada, podría ocasionarse una desastre en la zona", se indica en el estudio.

Frente a estos "fracasos hidráulicos", desde Ecologistas en Acción abogan por una nueva cultura del agua para hacer frente a un escenario de cambio climático donde las precipitaciones serán cada vez "más irregulares".

Con más de 1.200 grandes presas en la Península, España es el primer país de la Unión Europea y el quinto del mundo con más infraestructuras de este tipo.