La organización ecologista Seo/BirdLife solicitará formalmente que se excluyan de la caza en Aragón de la codorniz y la tórtola europea debido a su grave situación en toda Europa.

La solicitud la presentará en la reunión que el próximo día 26 celebrará el Consejo Regional de Caza de Aragón en la que se dará informe de la propuesta de orden de vedas que regirá durante la temporada de caza 2017/2018.

En una nota de prensa, SEO/Birlife explica que la tórtola europea es una especie migratoria, por lo que los esfuerzos de conservación, que ya se han adoptado en Canarias y en Castilla-La Mancha, deben incluir la totalidad de su área de distribución.

La organización basa su petición en el paulatino y continuo declive de las poblaciones de estas especies en España y el alarmante descenso en Europa, y de acuerdo a la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, que en su artículo 62 prevé que el ejercicio de la caza se regule de modo que queden garantizados la conservación y fomento de las especies cinegéticas y a lo que, a su juicio, debería contribuir el Gobierno de Aragón.

De acuerdo con los datos del Programa Sacre, a nivel nacional ambas especies están sufriendo un declive continuado con una reducción del 25,4 % en el caso de la tórtola europea y de 62,1 % en el caso de la codorniz, para el periodo 1998-2014.

Los resultados del Programa de Seguimiento de Aves Comunes (Sacre) son utilizados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente desde el año 2005 hasta la actualidad como un indicador ambiental relevante y aceptado oficialmente y los datos científicos corresponden a las tendencias observadas a través de los seguimientos de aves comunes reproductoras realizados cada primavera por SEO/BirdLife entre 1998-2014, señalan en la nota.

En el caso de la tórtola europea, su grave estado de conservación a nivel global ha llevado a que la propia Comisión Europea, en aplicación de las directivas europeas, esté instando a los estados miembros a tomar medidas, por lo que el Gobierno Español solicitó su inclusión en el Catálogo Español de Especies Amenazadas con la Categoría de Vulnerable, sin resultado hasta la fecha, según la organización.

Situación que, advierten, obliga a tomar medidas para proteger y conservar estas especies y entre ellas a que la caza no comprometa los esfuerzos de conservación que deben realizarse en toda su área de distribución.

Desde la década de los años 90 la superficie agraria de sistemas tradicionales de herbáceos de secano en Aragón ha disminuido principalmente a causa de las transformaciones en regadío y muchos hábitats han sido modificados por las concentraciones parcelarias, que destruyen los linderos y la diversidad paisajística y de sustratos de alimentación y nidificación, de los que dependen la tórtola europea y la codorniz común.

A esta situación se sumaría el uso generalizado de plaguicidas y herbicidas que reducen también la disponibilidad de recursos tróficos para ambas especies.

Según SEO, también desfavorece la conservación de estas especies la excesiva presión cinegética que soportan sus poblaciones, especialmente durante el periodo de caza de la media veda que se inicia durante la segunda quincena de agosto y que coincide con el final de la época reproductora de ambas especies y en la que se pueden abatir más individuos que los que las poblaciones naturales son capaces de producir en sus nidadas.

Los ecologistas consideran que las administraciones autonómicas y central deberían aprobar un plan de manejo de estas especies y sus hábitats que contemplara cambios en las prácticas y gestión de los hábitats agrícolas.

Entre ellas, respetar setos y mosaicos en las concentraciones parcelarias y recuperar los linderos que se han perdido durante las dos últimas décadas, minimizar el uso de herbicidas e insecticidas en Red Natura 2000 y en zonas de tórtola y codorniz y crear bandas perimetrales sin tratamiento o destinadas a leguminosas de secano.

También abogan por recuperar y mejorar la gestión de las zonas forestales importantes para la nidificación de la tórtola, especialmente en las formaciones arbóreas en zonas de ribera y próximas a zonas agrarias y el seguimiento de las poblaciones, tanto a nivel nacional y autonómico, como en coordinación con otros países, mediante censos y estudios de productividad y éxito reproductor.