El Departamento de Economía, Industria y Empleo prevé que el crecimiento real del PIB en Aragón en el promedio de 2019 se sitúe en el 2,7 %, cuatro décimas inferior al esperado para el conjunto del 2018 y cinco décimas por encima del que actualmente se espera para el conjunto de España (2,2 %).

Desde el verano de 2017 el PIB de Aragón crece por encima del promedio nacional y esta tendencia se ha mantenido a lo largo del ejercicio 2018.

El Gobierno de Aragón prevé que el crecimiento real del PIB en esta Comunidad en el promedio del pasado año se sitúe en el 3,1 %, seis décimas por encima de la anterior previsión, y también seis décimas superior al registro esperado para el conjunto de España (2,5 %).

En referencia al ejercicio actual, y de forma similar a lo que se espera para el conjunto de España, las previsiones de crecimiento reflejan la prolongación de la fase expansiva de la economía aragonesa, si bien se prevé una moderación del ritmo de crecimiento del PIB.

Esta desaceleración prevista del crecimiento en 2019 responde a la madurez del ciclo económico, coherente con un menor ritmo de creación de empleo y una paulatina ralentización de los motores de la demanda interna, informan fuentes del Gobierno de Aragón en una nota de prensa.

Además, refleja un contexto internacional menos favorable, con tasas de crecimiento menores y mayor incertidumbre, derivado de procesos como el Brexit o el aumento del proteccionismo comercial.

La moderación, según las fuentes, también respondería al progresivo agotamiento de algunos factores externos coyunturales dinamizadores (los denominados “vientos de cola” y que hacen referencia, principalmente, a la política monetaria acomodaticia del BCE, los contenidos precios del petróleo y derivados, o la depreciación del euro).

A ello se sumaría un menor impulso de la economía nacional, en parte resultado del impacto negativo generado por la actual situación política en Cataluña.

Desde la óptica del gasto, en este ejercicio se espera que tanto la demanda externa como la demanda interna tengan una contribución positiva al crecimiento del PIB aragonés.

El principal motor de crecimiento será la demanda doméstica, aunque con una ligera contención en su ritmo de crecimiento, mientras que la contribución de la demanda externa neta podría volver a ser positiva, lo que proporcionaría un crecimiento más equilibrado y sólido.

En el ámbito de la producción se espera que todos los sectores productivos contribuyan positivamente al crecimiento regional y será el de servicios el que impulsará el avance apoyado por el dinamismo de la industria manufacturera y el sector de la construcción.

En el mercado laboral, la creación de empleo, aunque a menor ritmo, permitirá un nuevo aumento de la ocupación, lo que situaría la tasa de paro (EPA) por debajo del 10 % para el conjunto del año y también se espera que el aumento del empleo sea ligeramente inferior al crecimiento real del PIB, lo que se traducirá en un avance de los niveles de productividad aparente del trabajo en términos reales en Aragón.

La previsión del Gobierno de Aragón sobre el crecimiento real de la economía aragonesa para el año 2019 es consistente con las predicciones realizadas por parte de los principales organismos y entidades externas que realizan labores de previsión regional.

Entre los factores principales que contribuirían a impulsar el crecimiento de la economía aragonesa estarían una evolución más dinámica de lo esperado en el mercado de trabajo aragonés, el mantenimiento de la política monetaria expansiva del BCE y una mejora de la actividad nacional y de los socios comerciales europeos.

Así como un mantenimiento del escenario de tipos de interés en mínimos históricos (el euribor suma más de tres años con registros negativos), y una contención de los precios de las materias primas y del petróleo durante los próximos trimestres en relación a la tendencia estabilizadora prevista.

Entre los riesgos que podrían generar desviaciones desfavorables en la senda de crecimiento de la economía aragonesa en 2019 destaca especialmente, por la condición de principal socio comercial de Aragón que tiene Cataluña, el agravamiento o prolongación del conflicto político en la Comunidad vecina.

También tendrían un impacto negativo en el crecimiento regional acontecimientos en el entorno geoestratégico internacional como una política comercial global más proteccionista; el endurecimiento más rápido de lo esperado en la orientación monetaria del BCE y de la FED; acontecimientos inesperados que generen un estancamiento de los ritmos previstos de crecimiento económico internacional, y sobre todo europeo, o un eventual endurecimiento de la senda de consolidación fiscal por la necesidad de ejecutar medidas de ajuste adicionales.