La masa social del Real Zaragoza, representada por los presidentes de algunas de sus 75 peñas deportivas, tuvieron ayer la ocasión de escuchar la explicación del proyecto de la nueva Romareda, "una instalación de vanguardia, propia del siglo XXI", en palabras del propio concejal de Deportes, Luis Pastor, que exhibió con orgullo el informe elaborado por el ayuntamiento. "Al presidente Soláns habrá que exigirle que, con este campo, no se pueden perder los partidos de casa", bromeó el edil.

"Hace 47 años que se inauguró el actual campo de fútbol, un hecho muy importante entonces. Queremos que el nuevo estadio suponga el mismo cambio para la Zaragoza del futuro y el modelo de ciudad sostenible que pretendemos", dijo Pastor en el encuentro con los peñistas, que tuvo lugar en el Centro Cívico Salvador Allende.

UN ESTADIO PARA TODOS LOS DIAS El edil de Chunta Aragonesista se esforzó por desgranar el estudio minuciosamente y dar a conocer la envergadura de la actuación: "La intención es crear un espacio deportivo para todos los días, no sólo cada dos semanas, cuando hay partido del Zaragoza. Será un centro lúdico, dotado de restaurantes, cines y una amplia oferta de servicios para que disfrute toda la familia, además de los aficionados al fútbol", indicó. Pastor aseguró que los plazos de las obras se cumplirán escrupulosamente: "Nos aseguraremos de ello, bajo sanción o como sea". Las fechas contemplan un primer periodo, desde junio hasta noviembre de 2006 -cuando se derribará el fondo norte y la tribuna general- y un segundo, de la misma duración, al año siguiente.

La mayor preocupación que expresaron los representantes de las peñas zaragocistas residió en el aforo que albergará el nuevo estadio. Mientras el estudio del consistorio apuesta por unas 40.000 plazas, algunos aficionados consideran que, dado el crecimiento que se le presupone a Zaragoza para el futuro, esa cifra de asientos será insuficiente. "La presión de la grada es fundamental. Un campo de cinco estrellas lo da la calidad, no la capacidad", defendió Pastor. Otras propuestas se refirieron a la fluidez de accesos a los aparcamientos, el fomento del transporte público o la desaparición del mercadillo de su ubicación actual.