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--Se va de Aragón tras cuatro años como delegado. ¿Adónde? ¿Qué hará?

--Me lo estoy planteando ahora. Después de ocho años continuados con responsabilidades políticas, tengo que reenfocar mi situación. Soy funcionario y, por lo tanto, la primera idea es la reincorporación a la Administración y supongo que me asignarán una plaza. A partir de ahí me plantearé cuál va a ser mi desarrollo profesional. Además, seguiré colaborando con el PP, mi partido, porque la política es mi vocación.

--Deja la delegación obligado por el cambio político. ¿Le ha cogido con el paso cambiado?

--Muy poca gente esperaba los resultados electorales que se han dado, pero no es una situación de paso cambiado, sino que no preveía el cambiar la actividad política por otra profesional. Si hubiese ganado el PP, no sé si hubiera seguido siendo delegado en Aragón, pero sí habría ostentado responsabilidades políticas.--En campaña electoral, algunos sectores apuntaban que usted se estaba moviendo para entrar como candidato a diputado porque no iba a continuar como delegado.--Yo no me moví nunca. Estaba orgulloso con mi cargo. Los partidos son los que van decantando los candidatos. Los delegados tienen una labor institucional y en todo caso deben colaborar para que el partido no tenga fisuras, pero sin entrar en planteamientos internos.

--¿Pero usted está más preocupado por su situación personal o por la que atraviesa el PP tras la derrota electoral?--Preocupación no es la palabra. La alternancia hay que aceptarla con normalidad y los que estamos en cargos de designación sabemos que o podemos ser cesados o si hay cambio político se deja la responsabilidad. Y desde el punto de vista de partido, no tengo la más mínima preocupación.

--¿Seguro?--El PP ha obtenido 9,7 millones de votos. Con muy pocos más, Felipe González gobernó con mayoría absoluta. El PP es un partido serio, unido y antepone los intereses generales de España a los intereses partidistas. Ahora debe hacer una oposición leal y constructiva.

--¿Y en Aragón? Parece claro que no se han cubierto las expectativas.--No han sido en absoluto unos resultados malos. Está claro que no han sido los esperados en el conjunto de España ya que se perdieron las elecciones. Eso sí, los resultados son lógicos como consecuencia de la situación vivida en los días previos a las elecciones. Hubo una afluencia mayor de votantes a las urnas y eso cambió el signo del voto.

--Perdone, delegado. ¿Dónde está la autocrítica?--La autocrítica es obligada hacerla en el seno del partido, no de cara al exterior.

--Usted está ya casi liberado de su responsabilidad institucional. Puede hablar como Eduardo Ameijide, libremente.--Siendo delegado y sin serlo siempre me he expresado libremente. Nadie puede pretender defender que hace todo bien. Lo importante es ser capaces de detectar los errores cometidos. Y el PP hace autocrítica y la seguirá haciendo.

--¿Hace falta acaso un liderazgo más claro en su partido en Aragón?--No estoy de acuerdo. El PP aragonés tiene un líder muy claro, Gustavo Alcalde. Que el PP cuenta con otras personas de valía, desde luego. Otra cuestión es que no haya pensamientos únicos, eso es lo que me parecería grave.

--¿Está convencido de que en el PP abundan los pensamientos múltiples?--El PP dice lo mismo en todas las autonomías porque es coherente. Lo fácil es decir lo que se quiere oír en cada sitio porque, además de ser más fácil, redunda electoralmente.

--¿Se refiere de manera implícita al trasvase?--Yo pediría el mismo respeto a los que defendemos que el Plan Hidrológico Nacional es bueno para Aragón que el respeto que yo he tenido para quienes no han pensado como yo.

--En su partido ha habido dirigentes de otras comunidades que tal vez no lo han mostrado.--Hablo de mí. Y a mí me llegaron a achacar que yo insulté a los aragoneses después de la manifestación del 8 de octubre. Jamás he insultado a nadie. Sólo hice una pequeña acotación: que no me parecía lo más oportuno que con dinero público se convocase a las personas a las manifestaciones. Y lo seguiré diciendo. Y eso no es molestar. También se dijo que el PP era traidor a Aragón. Eso me parece antidemocrático y grave. Si yo hubiese tenido una duda razonable de que el PHN era malo para Aragón habría dimitido.

--Es la misma tesis que usted defendía cuando llegó a Aragón hace cuatro años.--Y lo sigo defendiendo. El problema de Aragón no es trasvase sí o no sino poder almacenar agua para poderla utilizar en los usos presentes y futuros que la comunidad necesite. Ese es el problema y no hay otro. El punto vital reside en las obras del Pacto del Agua. El trasvase del Ebro se proyecta sobre aguas sobrantes y pasado el territorio regional, no desde Aragón.

--Mire, la sociedad aragonesa no parece que ha participado de esa visión.--Yo respeto a la sociedad aragonesa, sólo pido que se respete mi opinión.