El catedrático de Economía Aplicada Eduardo Bandrés Moliné (Erla, Zaragoza, 1957) lidera el grupo de expertos que asesora en la actual coyuntura del covid-19 al Gobierno de Aragón, una institución que conoce bien por haber sido consejero de Economía, Hacienda y Empleo (1999-2006) con el PSOE. Conocido también por presidir el Real Zaragoza (2006-2009), es considerado un economista de referencia a nivel nacional. En la actualidad es tesorero de la Real Federación Española de Fútbol y director de Economía Pública y Bienestar de Funcas.

-¿Cómo define la actual crisis?

-Las medidas de suspensión de la actividad económica y confinamiento de las personas ocasionan un doble shock: de oferta, por la paralización de la producción, y de demanda, por la caída del consumo, de la inversión y de las exportaciones. No hay precedentes de una contracción económica tan intensa y tan rápida en tan corto espacio de tiempo.

-¿Lo peor está por venir?

-La caída más intensa de la producción y del empleo se está produciendo ahora, entre mediados de marzo y comienzos de junio. Si no hay rebrotes de la pandemia que obliguen a nuevas medidas de paralización económica, lo peor habrá pasado. Otra cosa serán las secuelas sobre gran parte del tejido productivo, sobre todo en actividades muy importantes del sector servicios.

-¿Cuándo pronostica que se podría alcanzar la recuperación?

-En el segundo semestre del 2020 habremos recuperado las tres cuartas partes de la producción perdida en el primer trimestre, pero después, la recuperación será mucho más lenta, y posiblemente no alcanzaremos el nivel precrisis hasta finales del 2022.

-¿Qué impacto está teniendo en Aragón este descalabro?

-Los indicadores laborales muestran que el impacto inicial de la crisis está siendo menor en Aragón que en España. Por otra parte, los sectores que tardarán más en recuperar la normalidad, como hostelería, ocio y entretenimiento, y los servicios en general, tienen menos peso en Aragón que en el conjunto de España.

-¿Con qué debilidades y fortalezas cuenta la comunidad?

-En Aragón la industria tiene un mayor peso que en España, el empleo sufre menos la temporalidad y el nivel de formación de los trabajadores es mayor. La comunidad cuenta además con proyectos en energías renovables, agroalimentación, logística y nuevas tecnologías que van a actuar como locomotoras de la recuperación en los próximos años. La principal debilidad es la escasa presencia de servicios de valor añadido que creen empleo cualificado para retener el talento de nuestros jóvenes.

-¿Cómo está siendo el trabajo del grupo asesor de la DGA?

-La principal conclusión es que debemos reforzar los factores que condicionan la productividad de nuestra economía para generar más y mejores empleos: innovación, capital humano, administración pública más eficiente y terminar con la temporalidad que azota a los jóvenes en el mercado de trabajo. Son factores que ya estaban ahí antes de la pandemia, pero que necesitamos abordar para aumentar nuestra resiliencia ante futuras crisis.

-¿Qué medidas han propuesto o plantearán que impulse al Gobierno de Lambán?

-Estamos valorando cómo implementar un Fondo de Recuperación Empresarial dirigido a los sectores más afectados, mediante distintos instrumentos financieros, para aquellas empresas y actividades que hace tres meses eran perfectamente viables y que ahora tienen problemas de solvencia. El reto es tan grande que solo se podrá afrontar con fondos europeos; confiamos que la Unión Europa estará a la altura de las exigencias, como han manifestado ya Francia y Alemania.

-¿Cómo valora la gestión del Gobierno de España?

-La respuesta de la política económica ha sido mucho más rápida y acertada que en crisis precedentes. En esta primera parte de la crisis, las medidas han ido destinadas a sostener las rentas de los trabajadores y autónomos afectados y a proporcionar liquidez a las empresas. Hay que pensar ya en la segunda parte, en la recuperación; el problema es que las cuentas públicas españolas no tienen margen de maniobra y habrá que obtener recursos europeos para ello.

-¿Es partidario de derogar la reforma laboral?

-Mientras estemos en medio de una situación de excepcionalidad como la de la actual crisis, no soy partidario de introducir cambios en los principios básicos de la legislación laboral. Pero es verdad que hay aspectos que deben ser objeto de reforma cuando esto pase, y a mi juicio, el más importante es cómo reducir la temporalidad y aumentar la empleabilidad de los jóvenes.

-¿Cómo afecta esta crisis al sistema pública de pensiones?

-Afecta a todo lo que depende de los presupuestos públicos. El déficit público va a ser de unos 11 puntos del PIB en el 2020 y de otros 7 puntos en el 2021. Es verdad que esas cifras son el resultado de una situación de emergencia, pero la reforma de las pensiones ya era necesaria antes de esta crisis y no debería aplazarse por mucho tiempo; eso sí, afectando lo menos posible a los actuales jubilados.

-¿Cómo ve al sector financiero?

-El sector bancario está ahora en una posición incomparablemente mejor que la que tenía antes de la crisis del 2008. Por eso puede afrontar con mayores garantías el impacto de la crisis y eso es muy positivo para el conjunto de la economía. Además, el sector bancario está siendo fundamental en el proceso de hacer llegar a las empresas la liquidez que proporciona el Banco Central Europeo y los préstamos avalados por el Estado.

-¿Cómo recuerda sus años como consejero de Economía?

-Lo mejor: compartir un proyecto de progreso con empresarios, sindicatos, ayuntamientos e instituciones financieras. La ilusión por hacer país y la recompensa de ver los resultados: reforzar los sectores de liderazgo, como el automóvil, y diversificar en otros, como la logística, la nieve, el turismo, el papel o las TIC. Y todo ello mejorando servicios públicos recién transferidos a Aragón como la educación y la sanidad. En lo personal, lo mejor, poder trabajar con un equipo de colaboradores de una competencia técnica y una entrega al servicio público extraordinarios. Lo peor, ya lo digerí hace tiempo, prefiero dejarlo quieto.

-¿Cómo es la crisis en el fútbol?

-La crisis está siendo terrible en el mundo del fútbol, y no solo en el profesional, que es el que más percibe la gente, sino también en el fútbol aficionado y en el fútbol base. Lo peor va a ser tener que recuperar las competiciones a puerta cerrada, pero confío que en unos meses todo esto termine y volvamos a disfrutar del fútbol como siempre lo hemos hecho.