El Gobierno de Aragón finalmente no aislará a cuadrillas enteras porque haya un positivo durante la próxima campaña de recolección de manzana y pera en Calatayud, dentro del programa piloto que, como adelantó EL PERIÓDICO, va a realizar desde la semana que viene en la zona en colaboración con Open Arms. El director general de Asistencia Sanitaria, José María Abad, afirmó ayer en una entrevista en SER Calatayud que el criterio para el aislamiento será el «contacto estrecho», es decir, aquellos que hayan estado 15 minutos a menos de 1,5 metros con el contagiado.

Abad aseguró de hecho que así se había transmitido desde el principio, «por activa y por pasiva», en las reuniones que han venido manteniendo con alcaldes de la zona. Pero desde luego no lo entendieron así, y de hecho la unidad básica que figura en las guías sanitarias para la atención de temporeros tanto del Gobierno de Aragón como del de España.

Sea como fuere, la confirmación pública de que el criterio será el contacto estrecho llenó de tranquilidad a los empresarios agrícolas de la zona, que veían peligrar la campaña porque, en su mayoría, los minifundios de la zona emplean a una sola cuadrilla. Aunque la posibilidad siga existiendo, si la cuadrilla es conviviente, al menos el aislamiento de todo el grupo no será automático.

El programa de Sanidad, Agricultura y Derechos Sociales incluirá unos dispositivos móviles que irán ofreciendo la realización voluntaria de PCR o test del coronavirus a los temporeros que trabajen por la zona. Según Abad, más bien en sus alojamientos comunes que en los propios campos, para no interrumpir la actividad laboral. Aunque en la comarca siguen señalando que la gran mayoría de los trabajadores para esta campaña son residentes allí, por lo que difícilmente van a encontrar muchos de estos alojamientos compartidos.

En cualquier caso, el Ayuntamiento de Calatayud ha ofrecido instalaciones por si hubiese que alojar en aislamiento a alguno de los trabajadores contagiados que pueda detectar Open Arms.