Los pacientes que ayer aguardaban su turno en los centros de especialidades del Salud en Zaragoza tuvieron que hacer un verdadero ejercicio de paciencia para afrontar las consecuencias de una huelga de médicos que les afecta de lleno y en primera instancia. Pese a todo, su opinión sobre el paro de los facultativos se basa más en la ecuanimidad que en el cabreo.

"Veo mal que haya pacientes que se hayan quedado sin pasar consulta, pues lo normal es que pase mucho tiempo entre citación y citación", señaló María, una sexagenaria que esperaba a la puerta de la consulta de Oftalmología en la quinta planta del centro Ramón y Cajal.

"Pero, por otro lado --agregó a favor de los médicos--, todo el mundo tiene derecho a declararse en huelga para mejorar su situación económica".

Y, no contenta del todo con su diagnóstico, dio otra vuelta de tuerca dialéctica, ésta en pro de los pacientes: "Claro que hay que tener en cuenta --dijo-- que una huelga en la Sanidad causa más extorsión a los usuarios que en otras actividades".

Elena Lozano, sentada a las 5 de la tarde ante la consulta de Traumatología, en la segunda planta, calificó directamente de "vergonzoso que quieran ganar más unos profesionales que deben de salir por 3.000 euros al mes".

"La postura de los médicos --subrayó Elena-- no me parece ética, pues la huelga la han organizado exclusivamente para subirse el sueldo los que ya obtienen muchos ingresos en sus consultas privadas, como si España no fuera un país en el que hay muchos licenciados en Medicina que no consiguen encontrar trabajo".

Santiago, un joven que había acudido a Trauma para que le miraran unas úlceras en las piernas, no se vio afectado por la huelga "de casualidad". "Cuando vine a pedir vez --explicaba--, no se atrevían a fijar la cita en febrero por miedo a que me pillara el paro de los médicos, pero he tenido suerte y mi especialista de trauma no está de huelga".

Recuperando el pulso

Durante la jornada de ayer, los centros de especialidades fueron recuperando el pulso normal, después de una jornada, la del lunes, en la que no faltaron las quejas por las consultas aplazadas.

"El lunes hubo gente que se enfadó y con razón", señaló una celadora del Ramón y Cajal. "En Ginecología había pacientes que llevaban esperando un año o año y pico a que les viera el médico y hubo que volver a citarlos porque no se consiguió que los atendiera otro ginecólogo".