Las imágenes de los rescates tras el atentado del 11-S son reveladoras. El abrazo de los bomberos a muchos de aquellos que habían quedado atrapados no fue gratuito. "Las personas que sufren necesitan sentirse queridas. Hay que ser consciente de que en estos actos de servicio se puede transmitir algo más que la simple asistencia técnica". Así lo explicó esta semana Rogelio Altisent, médico, profesor y director del Instituto de Bioética de Zaragoza, durante la conferencia inaugural de las terceras jornadas sanitarias del Cuerpo de Bomberos del ayuntamiento zaragozano.

"Realmente lo que necesitan las personas es ser atendidas en su sufrimiento". Altisent analizó y desmenuzó, desde el punto de vista bioético, los elementos que componen la atención al sufrimiento en la profesión del bombero, casi siempre en situaciones de emergencia o de importante riesgo físico y emocional para los asistidos. "En realidad, pienso que el bombero hace todo su trabajo muy bien y atiende la faceta humana perfectamente pero casi siempre de una forma intuitiva", reconoció a este diario el experto antes de la charla.

DIFERENCIAS El experto, profesor asociado de Bioética de la Facultad de Medicina, considera que para el bombero puede ser muy útil diferenciar entre dolor, sufrimiento y sacrificio. En este sentido, subraya que el dolor es la percepción sensorial que afecta a una parte del cuerpo en un momento dado. El sufrimiento es la afectación de la persona, es la resonancia en todo el individuo de una situación de dolor, y por último, el sacrificio es cuando ese sufrimiento es asumido desde un significado, como la madre que pone en riesgo su vida para salvar al hijo.

"El objetivo de desgranar los elementos que componen la dimensión más humana de su trabajo es para que en un momento determinado puedan reconocer lo que está bien hecho y si alguna vez necesitan mejorar puedan reconocer qué elementos son susceptibles de modificar y evaluar su trabajo de un modo más objetivo".

Otra cuestión paralela y que puso de manifiesto el profesor Altisent es la importancia de sentirse querido. "Es una experiencia vital muy ligada a la felicidad de las personas, a todos los niveles, que en momentos de especial urgencia o de catástrofe juega un papel importante a la hora de hacer frente al sufrimiento. Y es que las personas que sufren necesitan sentirse queridas".

El director del Instituto de Bioética de Zaragoza insistió en que intuitivamente, la de bombero es una profesión que presta una atención especial a la situación del sufrimiento. "La aportación de la bioética no es otra que la ética filosófica aplicada a los problemas de la salud y la vida. La filosofía es sentido común sistematizado". Altisent hizo especial hincapié en que la profesionalidad va más alla de la capacitación técnica. "Y es ahí donde hay que situar la capacitación humana".