—¿Por qué decide presentarse como candidato a presidir el colegio?

—La decisión nace de un grupo de compañeros que ya lideramos una candidatura hace 4 años —el segundo de su lista es Leandro Catalán, quien entonces fue el cabeza de lista— porque creíamos que era necesario un cambio. Ahora nos hemos vuelto a reunir gente que ya estuvimos en su momento porque seguimos pensando que el colegio necesita con urgencia un nuevo rumbo.

—¿Qué nuevo escenario plantean?

—Respetamos lo que se ha hecho hasta ahora, pero hace falta actitud y compromiso del colegio con la sociedad. Se debería haber tenido más hincapié en el hecho de que el colegio sea una especie de empresa al servicio de sus miembros y se han olvidado de hacerlo atractivo para los sanitarios. Debe existir un compromiso con la sociedad y un derecho a participar en la ejecución de la vida sanitaria, algo que consideramos que se ha ejecutado con poca firmeza. Así, queremos participar y estar en contacto con los grupos políticos en la formación de todo lo relacionado con la política sanitaria. Se hacen cosas buenas e interesantes, como la formación continuada o las ventajas para médicos jubilados, pero otras muchas se quedan en el camino.

—¿Cree entonces que las relaciones con la DGA han sido tibias?

—Lo que buscamos es que la política sanitaria en Aragón sea más estable y que no cambie dependiendo del resultado electoral y de quien gobierne. Al final, el trabajo de unos queda enterrado por los otros que llegan y se tiene la sensación de que todo lo propuesto no ha servido de nada. Los sanitarios andan despistados porque no saben qué está pasando, se pierden con cambios y modificaciones. Lo que se necesita es una especie de pacto por la sanidad, para que esta no se utilice de forma electoral y partidista. El Colegio de Médicos tiene autoridad moral para recomendar una política sanitaria estable, pero no solo a la consejería de Sanidad, sino a todos los grupos, con quienes queremos fomentar la relación.

—Los médicos de Atención Primaria en Aragón llevan años denunciando que se sienten abandonados. ¿Qué proponen para cambiar esa concepción entre los profesionales?

—Es cierto que la Atención Primaria está muy mal valorado, incluso lo dicen los propios residente. El problema está en la base, porque hay que cambiar el sistema sanitario. El que hay no es sostenible. La Atención Primaria debe recuperar su terreno y se debe modificar la cultura del especialista y fomentar más la del médico de familia.

—¿Hay rivalidad entre usted y la lista de Concepción Ferrer?

—Bueno, estamos peleando por ganar unas elecciones y en nuestra candidatura estamos diciendo que hay algo que se ha dejado de hacer, así que está claro que queremos caminos diferentes. Pero esto no viene de la junta actual, sino ya es de tiempo atrás. Llevo 36 años en el colegio y pienso que el cambio se necesita desde hace tiempo. Mi candidatura abarca todas las áreas de la sanidad, estamos muy comprometidos con el proyecto y cada uno está buscando los votos como puede: en sus puestos de trabajo, a través de emails o en entrevistas como esta.

—¿Cree que van a ganar?

—Somos optimistas. Creo que los colegiados son los primeros que anhelan un cambio. Estas semanas vamos hablando con compañeros y compañeras y una frase muy frecuente que nos dicen es que el colegio no les comunica ni transmite nada, que simplementa pagan la cuota obligatoria y nada más. Eso hay que revertirlo, sobre todo de cara a los médicos más jóvenes. Deben saber que tienen y pueden ejercer una relación con el colegio, que a través de él pueden ayudar a la sociedad y sentirse apoyados al mismo tiempo. Si salimos ganadores, esta junta directiva va a recibir en el colegio a todo aquel que quiera aportar algo a la institución y a la población aragonesa. El médico debe sentirse atraído siempre por la institución.