<b>-¿Cómo se ve desde fuera la problemática que tiene Zaragoza con su ordenanza ciclista?</b>

-Es algo que ya ha ocurrido en otras ciudades, como en Sevilla, pero los tribunales allí han sido más benévolos. Eso demuestra que depende del juez que te toque puedes tener una ordenanza innovadora o no, y que aquí ha habido un crecimiento del uso de la bici tan grande que se ha topado con que el reglamento de circulación no es acorde a esta realidad. Y cuando la realidad jurídica no se adapta a la social ocurren estos conflictos.

<b>-O que cualquier ordenanza podría acabar anulada porque la ley no contempla lo que regulan.</b>

-Es cierto que muchas podrían acabar en el traste pero también que no todos los ayuntamientos son tan valientes como Zaragoza. Pero no es tanto cuántas se podrían anular como debatir cuándo el reglamento va a decidirse a incluir a la bicicleta en esa norma porque está obsoleto.

-¿Cómo veis el debate que se suscita en las aceras con el peatón? ¿Es posible fomentar la bici sin que se sienta invadido?

-Es muy posible y necesario. En realidad el conflicto no es en la acera, sino en la calzada, porque si una bici no puede circular con seguridad no es una calle ciclable. Y es por eso por lo que se traslada a la acera, porque es expulsada de su espacio natural.

<b>-¿Debería parecerse más Zaragoza a sí misma o a otros como el de Sevilla?</b>

-Compartir los espacios peatonales es muy necesario porque hacer impermeables estos permite crecer en el modelo de movilidad. Pero cada ciudad tiene su propio funcionamiento.

<b>-Se ha hablado mucho sobre los ‘enemigos’ de la bicicleta y sus amenazas. Especialmente se señala al Gobierno central. ¿Cómo se le cambia de bando?</b>

-Estamos preocupados por esa amenaza, porque asociaciones que representan a los ciclistas, como ConBici, no está en el Consejo Superior de Tráfico. Y eso es lo que estamos reclamando. Respecto al Gobierno central, nuestras propuestas son técnicas, consensuadas y consultadas fuera de España. No sé qué más podemos hacer para que sea un aliado.

-Quizá la vía de la alianza sea el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que en su etapa de alcalde de Santander y presidente de la FEMP, reclamó lo que hoy piden.

-Puede serlo, sobre todo porque Fomento tiene la última palabra en infraestructura vial. Él debería tener un papel más activo, porque también lo ha tenido que sufrir como alcalde.

-¿Zaragoza es referente en algo para ConBici?

-Desde luego. En su movimiento social en torno a la bicicleta. Imágenes como la de la concentración en la plaza del Pilar ya están en la memoria de mucha gente. Es admirable la energía y la fuerza que tiene y es un placer venir aquí y ver cómo han integrado este movimiento dentro de la institución y hacer pedagogía. Pedalean en la misma dirección.