En Mequinenza, en cuyo término se encuentra parte del mar de Aragón, se aplica el sistema de coto desde hace más de 20 años en otro pantano del Ebro, el de Ribarroja. "Se puede decir que ha sido un éxito, pues el dinero que se obtiene con los tiques que compran los pescadores se dedica a incrementar la vigilancia, a mejorar los caminos de acceso y a mantener limpio el entorno", señaló ayer la alcaldesa de la localidad, Magdalena Godía. Los tiques se adquieren en bares y otros establecimientos frecuentados por pescadores y los gestionan las sociedades de pesca deportiva.