El decano de la Facultad de Educación, Enrique García, encabezará esta mañana, a partir de las 11.00 horas, una concentración de protesta por la paralización de las obras del nuevo edificio. El acto, al que acudirán varios alumnos, pretende mostrar el malestar de los integrantes de la facultad contra la falta de asignación presupuestaria para equipamientos universitarios, lo que llevó a la universidad a ordenar, hace dos meses, la suspensión de los trabajos. "Admitimos que la situación actual obliga a restricciones, pero esta cuestión se remonta casi desde el siglo pasado y, ahora que el traslado iba a ser efectivo este mismo verano, nos encontramos con que la falta de liquidez y el incumplimiento del Plan de Infraestructuras, paralizan las obras a dos meses de su conclusión", indicó el decano.

Así, la actual situación de la Facultad de Educación y la falta de espacios en el inmueble provoca que las clases tengan que impartirse hasta en ocho edificios diferentes, entre los que figuran el Interfacultades (I y II), Geológicas, el colegio Cerbuna, San Juan Bosco o la propia Facultad de Medicina. "Doy las gracias a mis colegas porque su generosidad hace posible que dispongamos de espacios para dar clase, pero el próximo año dispondremos de más grupos y ya nos han dicho desde la universidad que la ubicación de todos será imposible", explicó el decano.

Ayer, la presidenta del Gobierno aragonés, Luisa Fernanda Rudi, anunció la próxima asignación de 2,3 millones de euros para la conclusión de los trabajos, "pero ya contábamos con esa cantidad, la duda reside en saber cuándo estarán acabadas las obras porque, en ocho meses, la empresa devolverá el edificio a la universidad", indicó García.

La paralización de las obras de la nueva facultad debido a la falta de financiación para hacer frente a la recta final de los trabajos, supondrá, según los cálculos de la universidad, duplicar el coste de lo que quedaba pendiente de abonar a la empresa encargada de las obras. Así, los 5 millones de euros que dejará pendientes de pago la universidad se convertirán en 10 debido a los costes provocados por las rescisiones de contrato entre la empresa encargada de su construcción --la Unión Temporal de Empresas Sacyr-Ideconsa-- con subcontratas de empresas eléctricas o de climatización, con las consiguientes penalizaciones.

La obra se empezó en el 2010 dentro del Plan de Infraestructuras 2006-2012 de la universidad, con un presupuesto de 20 millones.