La lectura que Marcos Díaz hace de los datos de pasajeros que mueve ahora el aeropuerto de Zaragoza es más "optimista" que lo que invitan a pensar las estadísticas. Este año lleva una pérdida del 18% de viajeros con respecto al mismo periodo del 2013, el más negativo de los últimos ocho ejercicios, pero para él no es una caída libre sino una tendencia que empieza a sostenerse, tomar tierra en una realidad cambiante en la que la reducción notable de la oferta de vuelos baratos tiene mucho que ver. "El descenso en el número de viajeros se está atenuando", afirmó. Así que para AENA no es tanto una cuestión de porcentajes sino del volumen de usuarios que significa la oferta actual. Y, en este sentido, tiene más valor la ocupación de esos aviones que, aunque sean menos, siguen llenándose. "La filosofía es ofrecer el mejor servicio y las infraestructuras", e incluso facilitar la actividad congelando la tasa por viajero o bonificando hasta el 100% a las compañías que abran nuevas rutas o un 75% si aumentan sus cifras. A partir de ahí, el "esfuerzo" de mejorar la oferta es de ellas. Y solo así subirán los registros.