La Asociación Río Aragón, que se opone al recrecimiento de Yesa, aseguró ayer que la ponencia del Pacto del Agua sobre obras conflictivas no nació para solucionar los problemas de Bardenas, "sino para imponer una solución política preconcebida de la cota intermedia". La entidad hizo estas declaraciones en un comunicado tras las reuniones que ha celebrado durante esta semana en Sigüés (Zaragoza) con algunos ayuntamientos afectados por el recrecimiento y con el presidente de la ponencia, Javier Sánchez.

Para el colectivo, al igual que en el foro de la ponencia, "no se contó con el acuerdo de las asociaciones de afectados, ni del movimiento ecologista, ni de CHA", por lo que, a su juicio, "se busca fuera el apoyo de quien siempre estuvo más dispuesto a hablar de precio que de valor del territorio".

Por otra parte, Río Aragón consideró que el presidente de la ponencia, Javier Sánchez, secretario general de UAGA, al ser directamente beneficiado por Yesa es "parcial", y por lo tanto "carece de legitimidad para presidirla".

RECELOS SOBRE EL DEBATE La Asociación Río Aragón resaltó que no entiende que se estén negociando compensaciones por el recrecimiento de Yesa cuando el debate "sigue abierto" a cualquier alternativa, "incluida la de que no se ejecute la obra", lo que, en su opinión, "es una prueba más de que el dictamen está preestablecido".

Río Aragón manifestó su "total apoyo" a los ayuntamientos de Artieda y Mianos por no participar en "este acto de complicidad" con el recrecimiento de Yesa, ya que así queda claro que dos de los tres pueblos realmente afectados por el recrecimiento "están en contra de éste y apuestan por las alternativas", según informó Efe .

Para este colectivo, resulta difícil entender que el alcalde de Sigüés no defienda "las alternativas que pueden salvar la totalidad de su territorio, que además satisfarían las necesidades de Bardenas".

La Asociación Río Aragón criticó a ayuntamientos como los de Los Pintanos, Urriés y Undués de Lerda, que siendo de los principales beneficiarios del actual embalse (recibieron 3.900 hectáreas con la desaparición de Ruesta), "pretenden sacar tajada de la destrucción de sus vecinos".