«El ministro no nos dice cómo tenemos que actuar, pero no somos independientes a nivel de medios, queremos capacidad presupuestaria», afirma Juan Baratech, miembro de la Asociación de Fiscales, quien lamenta «que se cambien los gobiernos y todo siga igual». Reconoce que el hecho de que la fiscala Dolores Delgado fuera nombrada ministra e incluso se manifestara meses atrás iba a ayudar en la causa, pero «se ha olvidado». «Queremos ser independientes, poder gestionarnos, participar en nuestro reglamento o, por ejemplo, administrar nuestra formación». Otra de sus críticas se centra en las retribuciones. Los representantes del ministerio público cobran en función de la población, no por carga de trabajo.

De esta forma, un fiscal de Huesca o Teruel «está discriminado» en comparación a otro de una gran ciudad. Asimismo, califica de «obsoleta» la compensación que reciben «por hacer guardias en los pueblos, ya que es de 56 euros», independientemente de dónde este localizado. A ello añade que la masa salarial bruta les bajó un 10% durante la crisis económica y sigue igual, a pesar de que a algunos cuerpos funcionariales se les ha subido. Baratech pone el ejemplo de Huesca, lugar en el que ejerce de fiscal jefe, para lamentar que en su provincia «nadie cobra productividad». ¿Por qué? Por los estándares tan elevados que tienen. Y critica que los fiscales «no tienen catálogo de prevenciones laborales y bajas de paternidad de 15 días».