Los tribunales han vuelto a pronunciarse sobre la polémica instalación de Remar en Rosales del Canal para decir, una vez más, que los trabajos pueden continuar. Después de meses de conflicto por su traslado allí, de haberse producido altercados al inicio de las obras, el juzgado contencioso administrativo número 3 de Zaragoza ha denegado la suspensión cautelar de las mismas que pedían los residentes de la zona (el pasado 11 de abril). Una sentencia contra la que pueden interponer recurso aunque en el barrio, en la asociación Entrelagos, no quisieron valorar la decisión judicial ayer al ser consultados por este diario ni manifestarse sobre las medidas a adoptar ahora. De hecho, desconocían esta resolución del magistrado.

El juez explica que este suelo "con las limitaciones propias de su calificación urbanística, es un terreno edificable" y que la licencia otorgada le permite obrar para darle el uso que se quiere dar. También argumenta que el perjuicio que alegan los vecinos está relacionado con "la actividad que se pretende desplegar en la edificación, más que a la propia construcción en sí misma", cuando la suspensión que se requiere "se refiere a la licencia de obras, no de actividad o de funcionamiento". Pero, en el caso de Remar y el perjuicio que se le generaría "hay que tener en cuenta los desembolsos comprometidos", así como las consecuencias que tendría para trabajadores de la constructora la impugnación de esa licencia.

Además, el magistrado recuerda en su escrito a los vecinos que "los hipotéticos usuarios de los servicios serán personas necesitadas, lo que debe ser entendido en época de notable crisis", así como que la pertinencia de esta suspensión no va en función "de la cantidad de personas que están a favor o en contra de la licencia de obras o del proyecto". "Si Remar tiene derecho a edificar, la oposición vecinal no puede impedir el ejercicio de este derecho", añade el juez.