"Es la mejor decisión que he tomado en mi vida". Así de contundente se muestra Víctor Manuel Losantos de 41 años de edad y que hace un año llegó a Castelnou.

Esta localidad junto a los ríos Martín y Ebro, entre las localidades de Híjar y Escatrón, le ha dado la mayor oportunidad de su vida. "Soy montador de placas solares, pero cuando decidí dedicarme a ello se derrumbó el negocio inmobiliario y estuve malviviendo por la zona de Peñíscola. La oportunidad del pueblo me salvó a mí y a mi familia", recuerda emocionado.

Sin embargo, el agradecimiento entre Castelnou, o lo que es lo mismo sus lugareños, y las familias que llegaron hace un año es mutuo. Apenas 150 habitantes paseaban por las calles de la localidad hace 365 días, cuando casi entre bromas, el ayuntamiento del municipio turolense decidió montar una caravana de niños al estilo de la que en los años 80 hizo Plan para repoblar esa zona del Pirineo.

"Llegué cuando hicieron el llamamiento de la caravana en agosto del año pasado porque lo había visto por la televisión. Rápidamente decidí que este era mi sitio", indica Víctor. El ambiente, las características del pueblo y, sobre todo, sus gentes son lo que más ha llamado la atención a los nuevos pobladores.

Acogida

Muchas de las familias que se acercaron a Castelnou para inscribirse en la caravana destacan la cariñosa bienvenida que todo el pueblo les brindó. "Cuando llegamos en septiembre a la plaza del ayuntamiento para buscar al alcalde, salió todo el mundo de los locales a recibirnos y a ofrecernos cualquier cosa que necesitásemos", recuerda.

A Isaac Fuente, de 31 años procedente de Barcelona, le recibió la madre del alcalde. "Se portaron muy bien con nosotros nada más llegar se ve que la gente mayor está mucho más alegre por todos los niños que han llegado", observa.

Este cariño que se dispensan entre ambas partes se debe a la ilusión que en Castelnou supuso ver cómo su pueblo no solo no iba a desaparecer, sino que iba a crecer. "No somos conscientes de que hemos salvado el municipio, pero sí que se ve que la gente agradece que muchas familias nos hayamos embarcado en esta aventura", refleja Isaac.

Daniel Mesa, de 36 años, también entiende que la gente mayor del pueblo esté muy contenta y satisfecha con la iniciativa porque "antes no había niños en el parque y ahora todas las tardes son gritos y alegría", explica.

Víctor, Isaac y Daniel son el claro reflejo del perfil del repoblador de Castelnou. Padres de familia que no superan la cuarentena, con varios niños y con las ganas de dar un cambio a su vida, y ofrecer un futuro de mayor calidad a sus hijos. "Aquí hemos encontrado un empleo --los tres trabajan en la empresa Modul System que construye viviendas modulares-- y vemos crecer a nuestros hijos con la tranquilidad que da un pueblo", indican.

En agosto del año pasado, tres familias se enfrentaron a la decisión de dejar Barcelona, Peñíscola y Huelva, y ya han echado raíces, ahora solo falta que sigan creciendo junto con Castelnou.