El Gobierno de Aragón ha elaborado la cartografía de los tendidos eléctricos de 30 Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPAS), que abarcan 520.124 kilómetros cuadrados, con el objeto de diseñar una red inocua para la avifauna. Un paso definitivo para un problema medioambiental, ya que la colisión o electrocución es la primera causa no natural de muerte de aves en la comunidad. Anualmente, 500 ejemplares ingresan en el Centro de Recuperación de La Alfranca, de los que la mitad llegan cadáver.

"Con los trabajos de minimización previstos, se estima que la mortandad se reduzca en torno al 40%", asegura el director general del Medio Natural, Alberto Contreras. Este año está prevista la aprobación de un decreto autonómico que regule la adecuación de todos los tendidos.

"En los próximos años, queremos desarrollar otras iniciativas novedosas para minimizar los daños. Entre otras, tenemos previsto elaborar un inventario completo de los tendidos peligrosos, como ya hemos hecho en las ZEPAS, y reforzar la formación y cualificación de los Agentes de Protección de la Naturaleza en esta materia", añadió Contreras.

La DGA lleva varios años trabajando en la identificación y corrección de los tendidos más peligrosos. En el 2002, firmó un convenio con Endesa, vigente hasta el 2005, que ha supuesto una inversión de 500.000 euros en estos tres años. El acuerdo ha servido para corregir una veintena de puntos negros y los 300 apoyos más peligrosos. Sin embargo, Medio Ambiente aspira a obtener un programa europeo Life para actuar en otros 60 tendidos y mil apoyos.

SOLO LA MITAD SON SEGURAS El mapa dibujado por la DGA se ha obtenido mediante una herramienta informatizada denominada GIS (Sistema de Información Geográfica), que incluye una base de datos del estudio detallado de 298 líneas aéreas, que suponen un recorrido de cerca de mil kilómetros. De ellas, 147 instalaciones, es decir, poco menos de la mitad, se ajustan a las actuales tendencias de seguridad en la construcción, que incluyen aislamientos y disuasores preventivos.

Según los datos obtenidos en el estudio, los espacios protegidos con una red eléctrica peligrosa son, por este orden, el embalse del Pas; las Muelas del Jiloca; El Campo y La Torreta; Sotos y Carrizales del Río Aragón, y Desfiladeros del Río Jalón.

Este nuevo mapa eléctrico, además de detectar los tendidos con mayor riesgo, prioriza la corrección en función de la siniestralidad detectada y de las especies afectadas, ya que algunas, como el quebrantahuesos, la avutarda o el águila perdicera son de gran valor ecológico.

Para obtener los baremos de siniestralidad y detectar los restos de aves, se revisaron las bases de todos los apoyos con riesgo de electrocución y un tramo de diez metros alrededor de los mismos, así como una banda ancha paralela a los vanos. Todos los cuerpos enteros hallados, los huesos y plumas se identificaron, guardaron y etiquetaron.

Entre las medidas para evitar las electrocuciones se ha optado por el cambio de armado, la reinstalación de los puentes flojos por debajo del travesaño, la colocación de farolillos o el aislamiento de los conductores. Y para evitar las colisiones, la señalización de los vanos con balizas salvapájaros o la de los hilos de tierra mediante espirales de colores.

Gracias al convenio firmado con Endesa, en el 2002 se actuó en diez tendidos, aislando o remodelando 143 apoyos especialmente peligrosos, y señalizando 8,2 kilómetros de tendido. Y en el 2003, se trabajó en otras once líneas.