Ilustradora

Pone dibujos a los cuentos infantiles. Esta mañana a las 12.00 horas en la Biblioteca de Zuera, nuestra invitada charlará con un grupo de estudiantes del instituto, y por la tarde, con el escritor Neskens, lo hará con otro grupo de adultos. Sus dibujos se muestran en las bibliotecas aragonesas, en una exposición itinerante.

Participa en la Muestra Internacional de Ilustración para la Infancia, de Sarmere (Italia).

--¿A usted le gustaba Disney?

--Realmente no sé si me gustaba de niña, pero le he cogido manía de mayor. Es una marca que monopoliza toda la ilustración. Incluso ha eliminado del cuento infantil todo lo escabroso y los ha suavizado, logrando una cursilería y ñoñería que no me gusta nada. Para mí es muy importante que se mantenga el original. Lo malo es que los adultos, que son los que compran libros infantiles, asocian cuento con ñoñería.

--Supongo que les costaría mucho a los ilustradores imponer un estilo diferente a ese Disney.

--Ha sido una labor de editores que no siguen lo que pide la gente y han apostado por cosas diferentes. Hubo una época en la tele, cuando yo era pequeña y sólo había dos canales, que se hacía muy buena televisión para niños. Recuerdo La bola de cristal , que si lo hacen ahora los echan del país por políticamente incorrectos, o Barrio Sésamo ... Eso ahora no existe. Somos una generación muy marcada por la televisión, en donde había mucha programación infantil y muy variada. Eran programas dirigidos a niños inteligentes. Aplicado a la literatura infantil, sucede igual, que los adultos creen que el niño es tonto y no tiene gusto.

--¿Ahora los cuentos infantiles no son excesivamente pedagógicos y poco gamberros?

--Yo creo que eso también es una idea del padre que compra el libro, que piensa que tiene que ser pedagógico. Pero hay una oferta tan amplia que se puede encontrar de todo, ahí tienes Hasta casi 100 bichos , de Neskens, que tiene mucho sentido del humor. Se están haciendo cosas muy buenas, rompiendo los esquemas del clásico libro infantil.

--¿Cómo llegó usted a este oficio tan poco edificante?

--Yo me acuerdo de pequeña que no sabía que existían los ilustradores, ni siquiera los escritores. Me lo planteé después de hacer Bellas Artes, en que ilustré algunas cosas y me pareció muy atractivo. Sobre todo porque se puede hacer en casa sin aguantar a nadie.

--Casi se puede hablar de una industria aragonesa de ilustradores.

--Sí, hay bastantes, al menos diez. Hay gente que dice que ahora está pasando algo en Aragón, pero simplemente es que nos hemos conocido, hemos trabado amistad y nada más. No se puede hablar de generación ni mucho menos.