El hostelero Emilio Lacambra asegura que "de momento" se resiste a abandonar el negocio de su restaurante, aunque reconoce que el próximo año cumple los años de la jubilación y que "nunca se sabe". Emilio lleva años aguantando las presiones de venta de las promotoras y asegura que al cumplir los 65 años estará más desligado del restaurante, "pero si quisiera cerrar no habría invertido tanto en maquinaria como lo he hecho para la Expo", explica para atajar posibles rumores. "Hace dos años, propuse una buena oferta económica por el local que fue rechazada. Mi intención era abrir en otro lugar para regresar al sitio cuando el nuevo edificio estuviera levantado. La verdad es que no he pensado en cerrar", insiste. Y es que Casa Emilio es parte de la historia de la ciudad, ya que Lacambra ha sido uno de los promotores de su vida cultural, sin olvidar su posicionamiento político de izquierdas. La Gran Enciclopedia Aragonesa (GEA) recuerda que pertenece a la tercera generación de hosteleros del restaurante, inaugurado en 1939 como Casa de Comidas. Y destaca el ambiente "insustituible que logró crear con gente de la contracultura y la más variada clientela demócrata contra la dictadura de Franco". En 1996 se le concede el Premio Nacional al Mérito Hostelero en la categoría de oro por su dilatada trayectoria y por su tarea en el asociacionismo empresarial. Y en 1998 fue nombrado delegado del Club de Fumadores por la tolerancia en Aragón.