Los empleados que hasta hace unos meses trabajaban con adictos en el centro terapéutico de El Frago llevan más de dos semanas en sus casas a la espera de ser recolocados. Siguen cobrando, pero "por no hacer nada", como lamentaba uno de los empleados, que confirmó a este diario que, desde que el Departamento de Sanidad notificó, a través de una carta, que el recinto quedaba cerrado definitivamente desde el pasado día 23 de enero, ellos se limitan a aguardar en un domicilio hasta su incorporación a su nuevo destino.

Del futuro a corto plazo solo saben que serán recolocados en atención a menores del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), "pero nada más" y ya acumulan varios meses sin contactar directamente con pacientes. "El Frago se quedó sin usuarios a finales de noviembre y, desde entonces, permanecimos en el centro haciendo labores relacionadas con el papeleo o el acondicionamiento, pero hace dos semanas echaron el candado y nos mandaron a casa", explica uno de los trabajadores.

SIN INFORMACIÓN El plan de empleo les ubica en atención a menores "pero no nos informan de nada ni sabemos cuándo ni cómo. Sí sabemos que mandaremos a la calle a los interinos que ahora están trabajando donde nosotros recalemos", lamentan los empleados, que admiten que tenían la "esperanza" de que el día 2 de enero iban a estar recolocados, "pero aquí seguimos" y recordaron que "hay gente en su casa que llevaba 27 años trabajando en la comunidad terapéutica, y no tiene sentido que no haya dinero para mantener El Frago, pero sí para seguir pagándonos".

Trabajadores y sindicatos como CCOO coinciden en calificar la situación como "caótica", aunque subrayan que "en realidad lo es desde que se decidió cerrar el centro porque desde entonces nada se ha hecho bien".

Mientras, desde la Administración no se emplaza a una fecha concreta para acometer la recolocación, lo que incrementa la incertidumbre entre el personal. "Ya basta. Esto nos está afectando mucho psicológicamente porque nos tienen absolutamente desinformados, nadie se acuerda de nosotros y les da lo mismo todo. Es horrible", indicó otro trabajador del centro. De hecho, aseguró que "preferiría trabajar 14 horas que seguir soportando esta situación porque es muy desagradable".

La espera afecta a 9 trabajadores de El Frago, incluido el director, cuyo cese ya ha sido publicado oficialmente, pasando a la categoría profesional de educador, como el resto de empleados. "Sabemos que vamos a ir al IASS para trabajar con menores, pero, al parecer, falta publicar en BOA este plan de empleo y será entonces cuando se procederá a nuestra recolocación, pero, mientras, lo estamos pagando nosotros, con un gran cansancio psicológico y una impotencia total".

Para justificar el cierre, el Gobierno de Aragón apeló a la búsqueda de "los mejores criterios de asistencia a sus internos y con el compromiso de la total cobertura de sus necesidades en dispositivos existentes en nuestra comunidad". En este sentido, fuentes del Departamento de Sanidad aseveraron que "Aragón debe tener una comunidad terapéutica para personas con trastornos adictivos y esa hoy por hoy está implementada por Proyecto Hombre y el centro de El Frago no está adaptado para la problemática de hoy en día, ni para sus soluciones". La Administración recurre a la necesidad de "un cambio de modelo" para la atención de estos pacientes, ya que "las cosas han cambiado desde que se creó El Frago allá por la década de los 80, tanto por lo que se refiere a las drogas que se consumen, como a los programas de atención".