El endurecimiento de las leyes de extranjería en España no sólo no ha servido para poner freno a las avalanchas inmigratorias, sino que ha favorecido el crecimiento de las redes de explotación a los emigrantes. La picaresca incluso ha propiciado la creación de grupos que se benefician de las necesidades de quienes buscan en Europa un remedio a su miseria.

En este último apartado cabe incluir a la red de inmigración ilegal descubierta recientemente en Zaragoza y con ramificaciones en Huesca y Soria. La Policía ha implicado a cuatro personas en la venta de falsas ofertas de trabajo a 325 inmigrantes y que pudieron obtener unos 97.500 euros de beneficios.

Las imputaciones que pesan sobre los inculpados, dos de los cuales dirigían el negocio desde la sección abierta penitenciaria de Torrero, son por estafa y por delito contra los derechos de los trabajadores. Pero la finalidad de la red era vender tiempo a los sin papeles.

Como explicó a la Policía el senegalés Dedan Asone Dieng, en un año sólo había conseguido algunos trabajos agrarios temporales. Asone se dedicaba últimamente a la venta ambulante de lo "bueno, bonito y barato". En ésas estaba cuando al entrar en un bar en septiembre se le acercó un desconocido para preguntarle a bocajarro sobre su situación en España. Aunque desconfiaba, Asone reveló al hombre su ilegalidad.

Para su sorpresa, el desconocido, que resultó ser el zaragozano Angel V. y que entonces cumplía condena en régimen abierto por una estafa, le realizó la oferta que tanto tiempo llevaba esperando: "¿Quieres legalizar tu situación y conseguir una oferta de trabajo?".

Claro que quería eso Asone. Su benefactor le ofrecía una oferta real de trabajo como "limpiador especialista en zona mortuoria", con contrato de un año, jornada de 40 horas semanales y remuneración según convenio. La empresa contratante era el Grupo Azlor--2002, S. C., con sede social en Huesca.

La oferta era legal y así se había presentado en el Inaem de Huesca para su resolución, pero el puesto de trabajo era una quimera. Tenía que pagar 250 euros. La ventaja de tener esta oferta es clara, ya que es muy difícil que expulsen de España a un inmigrante sin papeles si dispone de ella hasta que la resuelvan los organismos oficiales españoles, que suelen tardar un año de media.

Angel V, que había creado hasta seis empresas que le servían de pantalla para este negocio sin apariencias de ilegalidad, pidió a Asone que hiciera correr la voz entre sus compatriotas, incluso entre familiares que aún estuvieran en su país y quisieran venir a España.

El tinglado que Angel V. tenía, y en el que también colaboraban José Luis E., compañero en la sección de régimen abierto, y su propia mujer María José M., llevaba al menos dos años funcionando. En ese tiempo, además de Azlor, se habían creado las empresas Asenjo, Limpiezas Mortuorias El Ciprés, Servicio Integrales León, Sevianjo, Servicios Mortuorios El Edén y Limpiezas Mortuorias Anvess, las dos últimas en Soria, donde se quería extender el negocio .

Los beneficios eran tan netos y el campo de acción tan extenso que, a los tres anteriores, se unió Luis O., una especie de gestor con oficinas en el paseo de Independencia que, según los inmigrantes se hacía pasar por abogado. Como había hecho algunos trabajos para Angel V., se los cobraba revendiendo ofertas de trabajo a 300 euros y a nombre de las empresas de éste.

La propaganda la realizaban los inmigrantes cuando se juntaban en los parques de Delicias y Tío Jorge. Esta especie de radio macuto funcionaba tan bien que algunos días había colas en las oficinas de Independencia. Finalmente, los pícaros fueron detenidos.

Algunos de los inmigrantes afectados han aceptado denunciar a los implicados por estafa.