La empresa de abonos, Abonlir, situada en el término municipal de Carcastillo (Navarra), pero cuyos "fuertes" olores han ocasionado malestar en la cercana población de Sádaba y su pedanía de Alera, está realizando análisis para conocer la procedencia del olor y poder paliarlo. "Estamos intentando solucionar los problemas de olores que produce nuestra industria y que, al parecer, causan tantos perjuicios a los vecinos de Alera", aseguró el gerente de Abonlir, Jesús Varela.

Las medidas realizadas por los responsables de la planta --en la que se transforman proteínas animales, tratadas y esterilizadas, y estiércoles para su conversión en abono orgánico-- responden a las constantes quejas de los vecinos de Alera y de Sádaba. "Desde que está instalada la compañía percibimos un olor muy peculiar que, en ocasiones, es nauseabundo", explicó una alerana.

SUBJETIVOS No obstante, el encargado de la fábrica aseguró que "los olores son muy subjetivos; es decir, que lo que a uno le puede parecer un hedor, para otro no tiene porqué serlo". Además, Valera le restó importancia a las quejas. "No negamos que en los procesos para la elaboración de los abonos se emitan olores, pero no son continuos, tal y como afirman los vecinos y el alcalde de Sádaba, y para ello nos remitimos a las pruebas odométricas que efectuamos periódicamente", aseguró.

Los resultados positivos que arrojan las pruebas realizadas por la propia empresa difieren mucho de las opiniones de los vecinos de Alera, localidad situada próxima a la planta de Abonlir, y también por los responsables municipales de Sádaba. Mientras la empresa asegura que son olores de intensidad media y baja y que se producen entre 6 y 8 días al mes, el alcalde de Sádaba, Cecilio Cavero, exige una solución al problema que satisfaga a ambas partes.

INTERESES POLITICOS Para los responsables de la industria de abonos, las molestias que al parecer sufren los aleranos, se deben más a "intereses políticos" que a otra cosa. "Igual si en vez de trabajar en nuestra industria gente de Carcastillo los empleados fueran de Alera o Sádaba, la perspectiva de esta problemática sería diferente, o, por lo menos, de menor índole", apunta Jesús Varela.

Asimismo, el gerente de Abonlir aseguró que últimamente "se han instalado" muchas granjas de cerdos en las proximidades del núcleo pedáneo de Sádaba. Por lo que indicó que "probablemente sea ése el principal foco generador de olores, y no nosotros". El responsable de la planta de abonos aseguró estar completamente tranquilo, "ya que contamos con todos los permisos correspondientes para poder llevar a cabo nuestra actividad de una forma legal y saludable".

La empresa Abonlir se instaló en el término municipal de Carcastillo (Navarra), muy cerca de Figarol y a pocos kilómetros de Alera (Zaragoza) en el año 1992 con el objetivo de fabricar abonos a partir de proteínas animales, estiércol y purines líquidos. Actualmente, en la fábrica navarra trabajan 16 empleados distribuidos en tres turnos.