La renovación del césped artificial del campo de fútbol municipal de La Almozara --el de El Carmen-- no termina de desprenderse de sobresaltos. Primero fue la urgencia por las deficiencias que presenta que tenían que subsanarse para que el Ebro compita en condiciones en Segunda División B, y ahora la polémica surge de la mesa de contratación donde esta semana se tenía que decidir la empresa encargada de hacerlo por un valor estimado de 150.000 euros. Dos ofertas recibidas y una de ellas, la de la firma Mondo Ibérica, a punto de ser excluida por un error de los técnicos de instalaciones deportivas.

Al final ha tenido que ser el interventor quien corrigiera la interpretación que estos habían hecho, ya que entendían que la licitadora había incluido en el sobre equivocado la propuesta económica y por ello ni siquiera habían valorado técnicamente la oferta presentada por Mondo. Esa decisión dejaba en bandeja la adjudicación a la empresa competidora, Fieldturf Poligras, que ahora tendrá que ver cómo su competidora es la mejor valorada por muy pocos puntos.

Todavía no se ha hecho oficial, ya que está a la espera de que ambas licitadoras aleguen a las valoraciones realizadas, pero al menos se ha evitado un contencioso más que seguro por parte de Mondo por una interpretación de los pliegos que el interventor ha considerado errónea. Lo puso de manifiesto el pasado lunes, cuando los informes técnicos de valoración analizaban la propuesta de Poligras pero no la de Mondo. Estos entendían que la oferta económica nunca debería haber aparecido en el segundo sobre, sino en el tercero. Así que ni siquiera puntuaron su puja.

El interventor puso entonces de manifiesto que el problema radicaba en que los pliegos eran confusos y que no especificaba claramente que la oferta económica nunca debería aparecer en el segundo sobre. Estaban mal hechos y, en caso de litigio, las probabilidades de perderlo eran muy altas. Por eso pidió valorar la oferta y reanudar la reunión el pasado miércoles, en la que se determinó que la mejor valorada era, precisamente, la de Mondo. Aunque no la más barata.