La dirección de los Tranvías Urbanos de Zaragoza reconoció ayer el retraso en el desarrollo de un software para la elaboración de informes sobre los tiempos de conducción. Es el único incumplimiento del acuerdo alcanzado con los representantes sindicales en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) en cotubre que admitió.

Los empleados ratificaron este martes la convocatoria de huelga del 13 de marzo al 7 de abril con paros de 8.00 a 10.00 horas y de 19.00 a 21.00 horas. Denuncian que la empresa no está cumpliendo con todos los puntos del acuerdo y por el que se evitó la huelga prevista para las fiestas del Pilar.

Respecto a la demanda del comité de empresa sobre los nuevos cuadros de marcha que garanticen el descanso de los conductores, el gerente de Tranvías Urbanos, Jorge Aguiar, explicó que han presentado a los trabajadores dos propuestas, en noviembre del 2017 y el pasado mes de enero, y que los representantes sindicales las han rechazado. En ambos casos, aseguró, se ofrecían 20 minutos de descanso.

Aguiar señaló que ampliar este tiempo le generaría un coste muy elevado a la empresa que no está recogido en el acuerdo del servicio de mediación.

En relación a la caseta de descaso, Aguiar informó de que se instaló una provisional el año pasado en la parada Mago de Oz. Precisó que están negociando con el Ayuntamiento de Zaragoza la ubicación de la definitiva, donde se incluirán las peticiones de los empleados en lo que respecta a comodidades.

El gerente destacó que ya se ha puesto en marcha la medida de aumentar en un minuto el tiempo que tarda el Urbos 3 en hacer un desplazamiento completo de norte a sur así como el abono mensual del plus de 125 euros, como reclamaban los empleados.

PLAN DE FORMACIÓN / Tampoco está en marcha el Plan de Formación pactado. Será este cuatrimestre cuando se traslade la propuesta definitiva al comité, según indicaron desde la empresa, ya que se está ultimando.

Por otro lado, desde la operadora criticaron que el comité esté reivindicando a la empresa servicios que tienen un gran efecto económico, asociados a la jornada de trabajo, que contradicen el compromiso que se acordó en octubre.

Para los representantes sindicales, las demoras en la puesta en marcha de los acuerdos pactados suponen el incumplimiento de los mismos por parte de la empresa. Por ello, están dispuestos a hacer paros parciales como medida de presión. No es la primera vez que el tranvía de Zaragoza se enfrenta a una huelga. Hasta ahora, empresa y comité han alcanzado un acuerdo previo que ha evitado generar el caos en el transporte.