El tejido empresarial de Aragón sigue creciendo a pasos agigantados. La última en llegar es Arkel España, una filial de Arkel, grupo turco dedicado al desarrollo, la producción, venta y soporte técnico de placas de control y armarios de maniobras, sistemas de telemonitorización y comunicaciones de alarmas, rescates de emergencia, sistemas regenerativos, displays, y demás equipamiento eléctrico y electrónico aplicado al sector de la elevación, que se ha instalado en el polígono industrial de Malpica en Zaragoza.

La sede en la capital aragonesa, de reciente creación, es la única que la firma turca posee en estos momentos en el país. La llegada de Arkel a España se produce hace ya unos años, cuando el actual gerente de la filial, Mario Ruiz, trabajaba en Wittur, otra compañía dedicada a la producción de ascensores, y esta buscó como partner a la firma turca: «En esta empresa integré la parte eléctrica de Arkel comprada a Arkel Turquía. Como responsable de dicha integración, promocioné el producto Arkel en España consiguiendo muchos clientes y desarrollando un producto excelente para el mercado español de la elevación», explica Ruiz.

Años más tarde, Wittur «salió del negocio del ascensor completo, y yo cambié al sector de las energías renovables». El reconocimiento y el éxito de los productos que la marca otomana había adquirido ya en España gracias al trabajo de este riojano, les hizo replantearse la oportunidad de expandir el negocio e instalarse definitivamente en España: «Se quedaron con la mosca detrás de la oreja porque si había triunfado en un principio, podría seguir haciéndolo. Entonces recibí una llamada suya diciéndome que querían venir a España a verme».

«Ideador» del negocio

Después de conocer la intención de la firma turca o la posibilidad de instalarse en la capital aragonesa, Ruiz diseñó un modelo de negocio para la apertura de la sede. «Preparé el terreno diseñando un plan de negocio de internacionalización de Arkel y su establecimiento en Zaragoza. La idea les gustó, tenían una idea similar aunque no como la mía, y por ello me reconozco como el ideador de este negocio en España», manifiesta Ruiz.

Después de completar los trámites legales, ambas partes comenzaron a trabajar de la mano en noviembre del 2019. Se estableció Arkel España en julio del 2020 y, al mes siguiente, la planta zaragozana ya era una realidad. La decisión de instalarse en Zaragoza no fue casualidad, de hecho, según asegura el gerente de la compañía, «una cosa importante de establecernos aquí era el radio de actuación de la capital aragonesa, porque tiene mucha relación con Valencia, Barcelona o Madrid». «Y luego también el aeropuerto de Zaragoza, uno de los comerciales más relevantes a nivel nacional», añade Ruiz.

A corto plazo

Desde el inicio de la actividad en el mes de agosto, la compañía ha obtenido «muy buenos» resultados económicos, por lo que se plantean desde ya ampliar la plantilla de trabajadores, que actualmente solo cuenta con Mario Ruiz en sus filas, gerente de la compañía y ocupado en estos momentos en ofrecer servicio de postventa y buscar nuevos clientes.

«Estamos en un proceso de ampliación de plantilla por los buenos resultados del primer año, y en febrero se incorporará una administrativa, en el segundo trimestre un técnico, y después un ingeniero. Con esa estructura de negocio, tenemos plantilla para unos cinco años», confirma Ruiz. Por otro lado, el gerente de la empresa se establece como objetivo para este 2021 superar el millón de euros de facturación. Un propósito sustentado en la oportunidad que ofrece el mercado de empresas de mantenimiento de ascensores y compañías que se dedican a fabricarlos.

Schindler, en el recuerdo

Tradicionalmente, Aragón ha tenido buen feeling. La planta cesó la actividad en agosto y en octubre terminó de echar la persiana cuando los 114 empleados restantes que se vieron afectados por el despido colectivo estaban en la calle.

La desinversión ha puesto fin a una actividad con más de 70 años por ser heredera de la firma aragonesa Giesa, con personas de entre 50 y 55 años en el paro. No obstante, la firma suiza todavía mantiene las oficinas en la capital aragonesa a pleno rendimiento.