El sector de las empresas que organizan actividades extraescolares en Aragón teme por su futuro y ya prevé cierres a corto plazo dadas las restricciones que, por la pandemia del coronavirus, tienen que aplicar a su actividad. Otros años, por estas fechas, estos negocios ya tenían planificadas actividades y se disponían a iniciar la campaña, pero hoy por hoy se sienten «ahogados» y «a la expectativa» de lo que pueda suceder. «En un futuro próximo estamos convencidos de que la situación nos abocará al cierre porque todas aquellas actividades que requieran interacción no se pueden hacer. Ahora mismo no sabemos qué va a pasar con el deporte escolar y estamos muy preocupados», reconocía a este diario Fernando Cabeza, director gerente de la empresa Océano Atlático.

Esta, junto a más de 40 negocios del sector en la comunidad, han optado por unir sus fuerzas y se han agrupado en una gran plataforma para «ser escuchados» y obtener «respuestas» ante una situación de «incertidumbre total». En estos momentos están identificando cuántos trabajadores aglutinan estas empresas y también a cuánta población dan servicio. «Los números se pueden disparar y estamos hablando de muchos puestos de trabajo, pero también de que la conciliación de miles de familias se ve trastocada al no poder llevar a sus hijos a extraescolres», señaló Cabeza.

Grupos burbuja / Actualmente, las actividades extraescolares se pueden organizar ya en los colegios de Aragón, pero siempre y cuando el centro pueda organizarlas con medidas de seguridad, distancia social, mascarillas y sin romper los grupos burbuja. «¿Cómo va a estar un niño jugando solo con un balón? El modelo extraescolar prima la interacción y tras muchas horas en un pupitre no se puede obligar a un alumno a interactuar solo. Nuestras actividades implican sacarlos de esa burbuja y obviamente así no podemos trabajar», indicó el gerente.

Aunque confían en retomar algún tipo de actividad a finales de octubre, otra situación «preocupante» para el sector está en el momento en que se produzca un contagio en un aula. «Está claro que algún caso se dará», señaló Cabeza. En este momento se abrirá para ellos una situación «limbo» porque la actividad extraescolar quedará suspendida y, por tanto, los padres podrían negarse a pagar cualquier tipo de evento. «En marzo ya devolvimos muchísimos recibos cuando se decretó el estado de alarma, ¿qué pasará ahora? Hay empresas que optan por decir que no se devolverá el dinero, pero no sé hasta qué punto eso es ético y la familia estará en su argumento de no querer pagar algo que no se está ejerciendo. Esas devoluciones no previtas, que nosotros tendremos que abonar, nos va a llevar a pérdidas», dijo Cabeza.

Servicio de madrugadores / Las empresas del sector han solicitado una reunión con el consejero de Educación, Felipe Faci, con el fin de abordar su situación, pero de momento «no ha habido respuesta», indicó el gerente de Océano Atlántico. «Nos hemos reunidos con familias, Ampas y organizaciones empresariales, por que esto trasciende del mundo educativo. Es inquietud diaria», añadió.

Además, estas empresas apuntan que en otras comunidades, como en Cataluña, sí se están haciendo actividades extraescolares, mientras que en Aragón, con un modelo de jornada continua implantado de 9.00 horas a 14.00 horas también genera «una gran incógnita» a sus negocios.

Lo que sí ha echado a andar es el servicio de madrugadores, que también es una actividad extraescolar y «fundamental» en la conciliación de las familias. Sin embargo, su gasto se ha triplicado, según Cabeza, debido a la necesidad de contar con más monitoras para cumplir con los requisitos. «Si antes era un monitor por 15 alumnos, ahora hay un monitor por tres o cuatro alumnos porque hay que respetar los grupos burbuja. Si antes eran 24 euros al mes, ahora el gasto sube y podría ser unos 150 euros al tener que contratar más monitores y de eso se están haciendo cargo las familias, a quien nadie está ayudando. La factura se puede disparar mucho ahí», indicó.

El servicio de madrugadores, que se oferta de 7.30 horas a 9.00 horas, ha empezado pero también ha cambiado su esencia. «Antes el alumno llegaba y se le daba desayuno, también se hacían juegos, pero ahora todo cambia. Casi se hace más una función de vigilancia que de dinamización porque no se pueden utilizar materiales y hay que reinvertarse, pero la esencia del servicio se pierde, aunque sí permite conciliar», añadió,.

Fuentes del Departamento de Educación matizaron ayer a este diario que hace dos semanas se publicó una orden donde se especificaba que no hay límite temporal para el comienzo de las actividades extraescolares, si no que lo se establece son «límites de carácter sanitario» que en cualquier caso se tienen que cumplir como es el mantenimiento de los grupos «estables» de convivencia, la distancia de seguridad, el lavado de manos o el uso de mascarillas