"En los contratos mayores no se observó ninguna irregularidad o anomalía", aseguró ayer el jefe de la Intervención del Ayuntamiento de Zaragoza, Felipe Méndez, que dirigió por orden del exconcejal de Economía Francisco Catalán la auditoría de los expedientes de contratación de las concejalías de Grandes Infraestructuras y de Participación Ciudadana, así como de la empresa pública Zaragoza Vivienda, durante la gestión de Antonio Becerril. Sí detectaron algunas en los llamados contratos menores --de cuantía inferior a 12.000 euros--, aunque de carácter administrativo o procedimental como fraccionamientos.

Según Méndez, Becerril estaba habilitado para aprobar el gasto y formalizar las adjudicaciones de contratos de 150.000 euros a un millón en sus áreas, aunque, en la práctica, carece de margen de maniobra y "aprueba lo que le dice la Mesa de Contratación".

"La tramitación (de los expedientes que chequeó la Intervención) se ajustó a la legalidad", dijo Méndez, que añadió que Becerril "nunca" le pidió que pasara por alto una anomalía.

SIN PRESIONES Algo similar explicó Nardo Torguet, gerente de la empresa pública Zaragoza Vivienda, de la que el exteniente de alcalde fue vicepresidente. "Nunca me dio instrucciones para favorecer a EIS Aragón o a Arascón" en los concursos a los que se presentaron, aseguró.

Los dueños de estas dos empresas, Vicente Rodrigo y José Ignacio Gambón, recordaron cómo no ganaron ninguna de las licitaciones municipales a las que concurrieron, y de las que hablaron en repetidas ocasiones con Carmelo Aured, según prueban los pinchazos telefónicos que efectuó el Grupo de Blanqueo del Cuerpo Nacional de Policía durante las pesquisas de la operación Molinos.

Ambos negaron que hubieran tratado de influir en el exconcejal --Rodrigo ni siquiera le conocía, lo mismo que otro empresario que testificó ayer-- y que hubieran pagado cualquier cantidad a Carmelo Aured por sus gestiones para recabar información acerca de las contratas municipales.

"Carmelo era una persona muy relacionada en Zaragoza y provincia e intercambiábamos información", dijo Gambón, que admitió que recibió del muelano "un borrador" con los "sistemas de adjudicación" de las obras del FEIL (Fondo Estatal de Inversión Local).

"Había personas que los conocían" en el sector antes de que salieran a concurso esas contratas, aseguró a preguntas de la abogada de Becerril, la penalista Cristina Ruiz-Galbe. "No sé", respondió cuando la fiscala se interesó por saber a qué se refería Aured cuando, hablando con él, mentaba las obras que llevaba "en cartera".

"Lo entiendo más bien como una palabra de ánimo", dijo Rodrigo cuando la representante del ministerio público quiso saber qué significaban estas palabras que le dirigió Aured: "nada más lo tengas estudiado me avisas para ir al ataque yo".