Pilar es una de las afectadas por la estafa de la Liga Nacional de Cáncer Infantil (Linceci). Esta comercial de 60 años se había recorrido en los últimos dos años cientos de establecimientos de varias comunidades autónomas para vender los productos con cuyos fondos se iba, en teoría, a luchar contra una de las enfermedades más crueles. Pero era todo una farsa.

«En un día muy bueno se podían facturar 800 euros y en un día malo se alcanzaban los 200 euros. La media solían ser alrededor de 400 euros, pero la venta por teléfono decían que era incluso mayor», recuerda esta trabajadora que asegura que este escándalo ha hecho que su prestigio profesional esté «totalmente agotado». Porque Pilar iba establecimiento por establecimiento y porque ella era el rostro de una entidad que, en definitiva, escondía una estafa. «He ido a cientos de tiendas y he dado la cara. Es como si hubiera vendido productos caducados. ¿Quién me va a comprar algo ahora?», lamenta Pilar, que está de baja desde noviembre del 2018. Sufre fibromialgia, síndrome de fatiga crónica y, hace apenas unos días, cuando se conoció lo que realmente escondía Linceci, sufrió un ataque de ansiedad.

EL PEOR MOMENTO

«Me ha afectado mucho todo lo que ha sucedido porque me ha cogido en el peor momento», asegura mientras recalca que físicamente quizá pueda recuperarse, pero no profesionalmente. Ahora Pilar, que ayer entró en directo en varios programas de televisión, no sabe lo que será de ella ni de sus compañeras que apenas se han dejado ver durante los últimos días.

El pasado lunes una parte de la plantilla de las más de las 40 empleadas se acercaron al lugar de trabajo a primera hora de la mañana para que la Policía diera fe de que ya no podían acceder a su puesto de trabajo. La puerta estaba cerrada. Y su futuro, hoy, en el limbo a la espera de lo que suceda. Por lo pronto, Pilar sigue oficialmente en activo, pero nadie de la empresa se ha puesto en contacto con ella. Su relación con Linceci se torció cuando llevaba poco más de un mes de baja. «Me dijeron que no se podían permitir el lujo de seguir pagándome estándo de baja porque era mucho gasto». Fue entonces cuando se apresuró a denunciar el despido, en enero del 2019, pero en un acto de mediación laboral fue de nuevo readmitida. Y hasta hoy.

No obstante, Pilar recuerda que esta trabajadora mantenía un trato «normal» con los responsables de las sociedades vinculadas con la trama.