José Manuel M. F., el policía nacional acusado de matar al marido de su amante en Valladolid en noviembre del 2011, compareció ayer en el Juzgado de lo Penal número 9 de Zaragoza imputado por supuestos maltratos, amenazas e injurias a su exesposa, de la que se divorció en mayo del 2012.

"Me dijo que si no hacía la separación como él quería, acabaríamos en el cementerio", manifestó la exesposa del agente, que afirmó que su exmarido la había zarandeado, empujado e insultado en las ocasiones en las que ella le encontró hablando "cariñosamente" con otra mujer por el móvil o relacionándose con ella por internet.

El acusado, que se enfrenta a entre tres años y ocho meses y seis años y dos meses de prisión, negó todas las acusaciones y dijo que todo habían sido "discusiones verbales" que habían mantenido tanto en Zaragoza como en una casa que poseían el pueblo de Asín. "Yo no le dije que la iba a arruinar ni que íbamos a acabar en el cementerio, pero discutimos un montón durante 30 años", subrayó. Y aseguró que fue su esposa quien, en una ocasión, le lanzó un portavelas.

Su abogada defensora, Olga Oseira, pidió la libre absolución y manifestó ante el juez que no existía ningún parte de lesiones. Señaló, asimismo, que las moraduras que la mujer presentaba en los brazos eran marcas debida a que tenía una piel delicada.

Las desavenencias en el matrimonio venían de antes del suceso de Valladolid, que José Manuel M. niega rotundamente. Sin embargo, este hecho marcó un antes y un después en su relación. "Tenía miedo por lo que se había descubierto en esa ciudad, por lo que había pasado allí", dijo la exmujer, que presentó denuncia por los malos tratos a raíz de aquella muerte violenta pese a que, según ella, se remontaban al 2009.

"AUTORITARIO"

Un hijo del matrimonio, que declaró tras un biombo, al igual que el resto de testigos, señaló que "en ocasiones" su padre podía ser "autoritario" e incluso "violento", si bien reconoció que "cuando él la insultaba ella respondía". Asimismo declaró que a su madre, por su tipo especial de piel, "se le notan más los golpes".

El abogado de la acusación particular, Jorge Toquero, relató los episodios en que el acusado había, supuestamente, maltratado a su mujer y pidió que fuera condenado.

El crimen que se imputa a José Manuel M. F. en Valladolid sobrevoló la vista oral sin llegar a estar presente. "Un día, yo estaba comiendo solo y mi mujer me llamó cabrón y me dijo que esa Blanca era una hija de puta", declaró el policía, que de esta manera mencionó a la mujer, exnovia de la juventud, con la que mantuvo la relación extramatrimonial que condujo al divorcio.

Por ese suceso, pendiente de juicio, José Manuel M. F. se enfrenta a un petición de pena de 19 años. El fiscal del caso sostiene que el imputado cometió un delito de asesinato con la agravante de disfraz como presunto autor de las puñaladas que acabaron con la vida de Rufino Arnaz Sánchez, esposo de Blanca.

José Manuel M. F. fue detenido y puesto en libertad en junio del 2012, pero fue arrestado de nuevo en septiembre del 2013 y enviado a prisión. Estaba destinado en la Comisaría de Delicias y siempre ha mantenido su inocencia, si bien reconoce que el día de autos se hallaba en la ciudad castellana. Según su versión, había ido a Valladolid para cortar su relación con la esposa de Rufino Arnaz, una vez descubierta su relación amorosa.