Aragón ha vuelto a estar en boca de todos en los últimos días gracias a sus datos de donaciones y trasplantes durante el 2019. La comunidad fue la que más creció en el porcentaje de nuevos donantes y, de hecho, tal y como adelantó EL PERIÓDICO, alcanzó la cifra récord con un total de 72 acciones. Además, los trasplantes crecieron en un 26% y el balance convierte al territorio aragonés en uno de los núcleos fuertes para que España se mantenga como líder mundial en este sector.

-Lleva menos de un año en el cargo y ya han logrado otro récord. ¿Qué siente?

-Una satisfacción enorme y una forma de poner de manifiesto la generosidad de la ciudadanía y también el trabajo de muchos. La organización de los sectores y profesionales implicados es lo que permite lograr estos datos.

-Lo suyo ha sido como ‘llegar y besar el santo’

-Sí, algo así (se ríe).

-¿Dónde está el techo de Aragón? ¿Se marcan algún objetivo?

-A mí lo que me encantaría es cumplir el Plan ‘50×22’, puesto en marcha por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y las coordinadoras autonómicas. Nos hemos quedado muy cerca, con una tasa en Aragón de 47,3 donantes por cada millón de habitantes, mientras que el proyecto marca los 50 donantes por cada millón en el año 2022. Esperamos lograrlo durante este 2020 y en el 2021, cuando hagamos el balance, poder cumplir ya esa meta.

-Si hace diez años le dicen que estaríamos hablando de estas cifras en Aragón, ¿qué hubiera pensado?

-Sinceramente, que sería muy difícil de alcanzar. Habría pensado que la cifra era muy elevada para lo que había en aquellos años.

-¿Qué se hace en Aragón diferente a otras comunidades para alcanzar estos datos?

-No se hace nada distinto. La organización es similar y está homogeneizada la forma de trabajar, porque estamos bajo la acción de la coordinadora nacional. Sí es cierto que disponer de recursos y de hospitales de referencia como el Miguel Servet o el Clínico ayudan a poder realizar más acciones, pero en cuestión de organización es similar. Sí que hay algo en Aragón que no se da en otros territorios y es que el consentimiento negativo de las familias a donar es apenas del 5% y, por tanto, el 95% dice que sí. Siempre tenemos cifras muy bajas de negación, mientras que la media nacional es de más del 10%.

-¿Cuál es la lista de espera actual de trasplantes en Aragón?

—Dado que el trasplante renal es el que más se hace es ahí donde más listas de espera hay y el 2019 se cerró con 115 pacientes pendientes. En lo que respecta a los hepáticos hay tres personas y, en este punto, es importante valorar la importancia del avance de los medicamentos. La disposición que ha habido en los últimos años de fármacos para la hepatitis C ha dado un vuelco a la situación porque muchos pacientes que antes no tenían alternativas ahora resurgen y eso ha mejorado mucho la lista de espera. En cardíaca también hay apenas dos o tres personas.

—Se habla de potenciar la colaboración con hospitales y clínicas privadas, ¿en qué sentido?

—La idea es establecer sinergias para la detección de donantes potenciales en las privadas y luego los trasplantes se realizarían en los hospitales públicos en función del programa nacional. Se estima que en las clínicas y hospitales privados puede haber sobre un 2% de donantes potenciales. Estamos ya trabajando en ello y hay un grupo de trabajo nacional para sentar las bases.

—¿Quién será la persona encargada de detectar a ese posible donante en la privada?

—No sabemos aún como será la articulación, pero lo lógico sería que los facultativos especialistas de medicina intensiva sean quienes estén pendiente de ellos.

—¿Ahora no se puede donar en las privadas? ¿Cree que se podrá en un futuro?

—Ahora debe ser el paciente o su familiar quien comunique la intención de donar en la clínica y, en ese momento, se pone en marcha el circuito. Si logramos esta acción con las privadas, aumentarán las cifras de donaciones en Aragón, pero de cara al futuro no se puede prever si en estos espacios se harán donaciones. Para esta acción se requiere la participación de unos 50 profesionales y es un escenario complejo de abordar.

-¿La donación internacional es un reto?

—En Aragón se ha hecho ya una a comienzos de este 2020 y el circuito internacional siempre esta abierto, aunque ojalá pudiera haber más. Otra de las cosas que queremos potenciar es el programa de donación tras parada cardiaca, que se inició en el Clínico y ahora ya está también en el Servet. Sobre todo queremos difundir la donación renal en vivo porque en vida siempre hay menos complicaciones, menos tasas de rechazo y se alivian las listas de espera.

—¿Cree que falta más promoción para concienciar sobre la donación?

—En Aragón hay asociaciones como Alcer que hacen mucha campaña, por ejemplo, entre los jóvenes. Van a institutos y su mensaje cala. Me consta que hay otras muchas que también fomentan y promueven el valor de la donación.

—¿Se dona también en el medio rural o todo se vincula a la capital?

—A ver, hay que ser justos y decir que dado que la gran mayoría de la población se concentra en Zaragoza, pues es en la capital donde más actividad hay. Pero en el 2019 se lograron 4 donantes en Huesca y en Teruel, aunque no se registraron, siempre hay. Se puede y debemos llegar a todo el territorio con el mensaje de que donar salva vidas.