A pesar de su corta edad, Alejandro, un niño de 10 años que desapareció en la capital aragonesa el miércoles, demostró su fortaleza ante la familia que le buscaba desesperadamente. Cuando fue encontrado en un solar del barrio de Las Fuentes, en el mediodía de ayer, contó que había dormido en el portal de una casa y que llegó a comprarse un kebab con el dinero que llevaba en uno de los bolsillos.

El final feliz se produjo gracias a una pareja de etnia gitana que le reconoció y llamó a la Policía, después de una intensa campaña en las redes sociales promovida por la madre del menor, Massiel Paz, quien ayer reconocía haber estado muy preocupada, a la vez que destacaba que su hijo «había sido un chico listo» en las horas en las que estuvo en paradero desconocido. Alejandro se marchó de su casa tras discutir con su madre. La Policía activó un dispositivo de búsqueda.