Endesa quiere contribuir a la transición justa por el fin del carbón de Andorra y su entorno con una inversión total de 1.427 millones de euros, lo que supone en torno a un 70% más de los fondos previstos inicialmente tras anunciar el cierre de la térmica turolense hace un año. La compañía ha redoblado el plan de acompañamiento por el cese de la central, que ahora incremento la instalación de energía renovables en un 72%, al pasar de 1.000 a 1.725 megavatios (MW). De estos, 1.585 serían de fotovoltaica en potencia máxima o pico (MWp), lo que requeriría de una superficie de 3.000 hectáreas y supondría el mayor proyecto solar que hay en desarrollo a nivel europeo. Los 140 restantes corresponden a parque eólicos.

La generación de empleo estimada se elevaría en proporciones similares hasta 4.014 trabajos temporales durante el periodo de construcción y 138 puestos permanentes para la operación y mantenimiento de las plantas. Estos últimos casi se han duplicado respecto a la cifra precisa inicialmente (75) gracias a las innovaciones introducidas y la mayor magnitud de la potencia verde a desarrollar.

Los nuevos planes de la eléctrica han sido presentados este jueves por el consejero delegado, José Bogas, durante su intervención en la Cumbre del Clima (COP25) que se celebra en Madrid. La compañía también ha dado a conocer este megaproyecto al vicepresidente y consejero de Industria del Gobierno de Aragón, Arturo Aliaga, al alcalde de Andorra, Antonio Amador, al Ministerio de Transición Ecológica y a los sindicatos. .

INNOVACIONES SINGULARES

Uno de los aspectos más novedosos del programa inversor es la incorporación de soluciones singulares de innovación, algunos de ellos de carácter puntero a nivel mundial, cuya inversión ascendería a 170 millones de euros, según explicaron fuentes de la empresa perteneciente al grupo italiano Enel. La actuación más relevante de este capítulo consistiría en complementar la generación fotovoltaica con un sistema de almacenamiento energético de baterías, que tendría una capacidad de hasta 160 MW, una de las mayores a escala global. Esto permitiría mejorar la capacidad de integración de la instalación renovable en la red eléctrica.

A ello se sumaría la implantación de un compensador síncrono, lo que hace que la calidad de la electricidad vertida a la red sea equivalente a la de una central de potencia firme como una nuclear o de gas. Sería el primero proyecto de un sincronismo a gran escala que se haga en España y su implantamción se haría mediante la adaptación de los actuales alternadores de la térmica, con lo que se favorecería la economía circular al aprovecharse algunos elementos de la central. Este equipamiento lleva asociada la creación de 10 empleos para su operación.

Otras de las novedades serían la mejora de la reflectividad de las plantas solares mediante módulos bifocales que absorben la radiación por ambas caras y el aprovechamiento de la superficie bajo los paneles fotovoltaicos para agricultura autóctona de la zona.

Del paquete total de inversión, el mayor montante correspondería al proyecto fotovoltaico (1.100 millones de euros), seguido del sistema de almacenamiento energético (160), los parques eólicos (147), el desmantelamiento de la térmica de carbón (60) y el sincronismo (10). El despliegue de estos importes se haría de manera escalonada desde el cierre definitivo de la central, el 30 de junio del 2020, hasta el año 2027.

El impacto económico de estas actuaciones dejaría en la zona 47 millones de euros por la recaudación de impuestos municipales de construcción (ICIO) y actividad (ICIO y IAE). Cuando los proyectos renovables estén operativos en su totalidad, algo que se prevé que ocurra en el 2027, el pago de tributos aportará 7,26 millones cada año a los ayuntamientos que acojan estas instalaciones, entre los que destaca Hijar, Alcorisa, Alcañiz, Calanda o Alloza, además de Andorra.

CALENDARIO DE OBRAS

La empresa ha establecido un calendario acompasado con el desmontaje de la planta de carbón que se divide en tres fases. La primera contemplaría una fotovoltaica de 50 MWp, que se espera empezar a construir sobre los terrenos de la central a partir de noviembre de noviembre del 2020 y poner en marcha en agosto del 2021, y un parque eólico en Ejulve, cuyas obras se prevé ejecutar entre marzo y noviembre del 2021. Endesa ya ha solicitado al Gobierno de Aragón que estos dos proyectos sean declarados de interés autonómico para acelerar los plazos de tramitación.

La segunda fase incluiría desarrollos solares por 235 MWp, que se ubicarían en Hijar y Andorra y se construirían entre abril del 2021 y noviembre del 2022, así como un primer almacenamiento de energía de 54,3 MW, que se instalaría en enero del 2022. La tercera y última etapa de las inversiones renovables sería la de mayor envergadura — 1.300 MWp de fotovoltaica, 90 MW de eólica y 105 MW de almacenamiento— y tendría una duración de 14 meses (de junio del 2022 a marzo del 2024).

PENDIENTE DE LA SUBASTA

En cualquier caso, el plan de Endesa está supeditado de que consiga adjudicarse la capacidad de evacuación que actualmente tiene la térmica (1.050 MW), que en próxima fechas saldrá a subasta. No obstante, la compañía considera que está “bien posicionada” para hacerse con este activo dada la envergadura y el carácter innovador de su proyecto. En cualquier caso, una parte importante de los proyectos —la potencia fotovoltaica de las fases uno y dos (285 MWp), 140 MW de eólica y 54,3 MW del almacenamiento— están al margen de la asignación de este recurso, con lo que se llevarán a cabo pase lo que pase en la puja.

De forma previa a estas inversiones, Endesa ha levando en el último año 13 parques eólicos (cuatro ya han entrado en operación y otros nueve lo harán antes de que acabe el año), que suman un total de 425 MW.

De los 147 trabajadores que formaban la plantilla directa de la térmica, 19 ha sido recolocaros en otros centro de trabajo de Endesa. Hasta 30 empleados más podrían ser reunidos antes del cierre de la central en junio del 2020. No obstante. El cese de la actividad se producirá antes ya que quedan menos de 200.000 toneladas de carbón, lo que da para funcionar durante cinco semanas con uno de los tres grupos de generación. En cualquier caso, la empresa garantice que la planta contará con un mínimo de 90 empleados hasta la fecha de la clausura, cuando la instalación dejará de estar a disposición de las necesidades del sistema eléctrico nacional.

PROYECTO FORTALECIDO

“Hemos trabajado en mejorar el plan de acompañamiento al cierre presentado en su día, que se ha fortalecido con más inversiones e innovación”, ha destacado en declaraciones a este diario el director general de Endesa en Aragón, Ignacio Montaner, quien ha remarcado que el plan de trabajo trazado permitirá generar actividad y empleo alternativo en el segundo semestre del 2020, tanto con el desmantelamiento de la central como con el lanzamiento de los primeros proyectos renovables. Según ha explicado, el plan de futuro diseñado “trata de mitigar” el impacto del cierre a través de la búsqueda de empleo alternativo para los afectados, el fomento de la actividad económica de la zona, la formación y capacitación del personal para favorecer su empleabilidad y la apuesta por la sostenibilidad del municipio.