Los camiones cargados de tierra recorren durante todo el día la estrecha carretera de Borobia. Los trabajos de extracción de magnesitas en la explotación minera comenzaron hace un mes a pesar de que todavía faltan algunos de los permisos que tiene que conceder la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y de los recursos presentados tanto por el Gobierno de Aragón como por la Coordinadora de Municipios Afectados por la Mina de Borobia. Desde la empresa reconocen la carencia, aunque indican que el permiso que aún se está tramitando no tiene nada que ver con la labor que realizan en estos momentos y que esperan lograrlos dentro de los plazos que se han fijado para iniciar las excavaciones por debajo del nivel freático.

La mina se encuentra en el término municipal de Borobia, en la provincia de Soria, pero hace frontera con Zaragoza y el Parque Natural del Moncayo. "Con la excusa del desarrollo económico les han vendido una promesa de puestos de trabajo que no se puede cumplir", explica el presidente de la coordinadora de afectados y alcalde de Moros, Manuel Morte. Los vecinos que viven en las riberas de los ríos Manubles, Ribota, Aranda e Isuela temen que los trabajos con las tierras afecten a las aguas subterráneas y que acaben contaminando unas aguas que se utilizan para la agricultura, la ganadería y el consumo de boca. "Los trabajos también hipotecarán el futuro desarrollo turístico de la zona ligado a la naturaleza", advierten.

Ante el comienzo de los trabajos se muestran intranquilos. Aunque la empresa asegura que no profundizan bajo el nivel freático, la agrupación considera que al tratarse de una zona de pastos de rezume cualquier labor puede afectar a las aguas. "Además hemos detectado voladuras y un alto nivel de transporte de materiales", explica Morte. Por estos motivos reclaman una suspensión cautelar de los trabajos. "Siempre han estado bordeando la legalidad", reconoce. Por el momento la coordinadora tiene interpuestos recursos ante el juzgado de Soria, la petición de que se revoque la licencia de obras ante el Ayuntamiento de Borobia y una reclamación para que la declaración de impacto ambiental de amplíe a la provincia de Zaragoza. También han presentado dos demandas ante el Seprona por los trabajos que Magnesitas y Dolomías de Borobia, SL, está desarrollando en la actualidad. Y todo esto sin contabilizar las movilizaciones populares en las que participa casi toda la población de la zona. "Nuestros estudios dicen que los daños que producirá la planta serán irreversibles: tenemos la obligación de frenar los trabajos ahora que aún estamos a tiempo", resume Morte.

La empresa trata de calmar los ánimos y manda un mensaje de tranquilidad. "Realizamos controles medioambientales en los manantiales de la zona todos los meses", explica el encargado de Magnesitas Sorianas, Jesús Aranda. Además, recuerdan que este tipo de minería ya se está desarrollando en otras zonas de España sin que haya causado ningún tipo de afección. "La magnesita es un mineral que sirve para recuperar aguas y suelos contaminados", afirma.

El ingeniero responsable de la extracción de tierras, Jorge Villalva, también sostiene que los trabajos que están desarrollando en la actualidad son aquellos para los que tienen permiso. Por ahora extraen, sin profundizar bajo el nivel freático, unas 800 toneladas diarias de material que se trasladan a una planta minera de Zubiri y a un horno de Calanda. De media unos 25 camiones atraviesan todos los días la pequeña localidad. "Nuestro ánimo es el de conciliar voluntades con la parte aragonesa", destaca. La mina ocupará 22 hectáreas con un desarrollo máximo de 42. La explotación está ubicada en la falda de la sierra de Tablao. Según reservas calculadas, las necesidades y el ritmo de producción, está prevista la extracción de 250.000 toneladas al año de mineral.

En Aragón prefieren que se actue con un "principio de precaución" y exigen que se resuelvan cuanto antes las irregularidades administrativas que presentaron, como la disponibilidad real de todos los terrenos que la empresa afirma poseer.