Tararaina significa telaraña en lengua aragonesa. Es el nombre con el que las creadoras de Camaleo decidieron bautizar una iniciativa innovadora que quiere focalizar la economía social y solidaria como motor del Aragón rural. Este bautizo no es una elección casual. Porque esa encrucijada de fuertes hilos de la naturaleza se asemeja a esa red resistente de apoyos apegados al territorio que están poniendo en marcha en la Jacetania y el Alto Gállego.

El reclamo de emprender es en ocasiones el único asidero para mantenerse unido al campo o a las montañas. Ganarse la vida por cuenta propia no es sencillo, menos en un ámbito con problemas sistémicos como son las zonas rurales y más cuando se quiere revertir un beneficio en la sociedad. Cómo arrancar y recolectar financiación, saber dónde invertir, encontrar canales de ayuda… son demasiadas preguntas a contestar cuando se quiere arrancar con una idea empresarial.

Por eso el objetivo de Tararaina es dar cobertura a aquellos que parten desde un arranque menos favorecido y generar una comunidad de apoyo mutuo para un crecimiento acorde con las necesidades del entorno y donde la plusvalía económica no sea la única razón de ser. «Hay una economía social y solidaria impulsada por jóvenes, por mujeres, por personas que quedan un poco al margen del perfil tradicional del emprendedor. Estas personas tienen muchas dificultades para entrar en los servicios tradicionales de apoyo al emprendimiento porque no se suele mirar tanto la rentabilidad económica y no tanto la rentabilidad social», afirma Ángela Millán, socia de Camaleo.

La idea de Tararaina dispone de tres patas distinguidas. Ahora están inmersas en una primera fase de difusión y captación tanto de propuestas como de organismos públicos y privados que incentiven este impulso. La semana pasada realizaron la presentación del proyecto a emprendedores e instituciones, agentes y asociaciones locales. De forma online convocaron a casi ochenta inscritos que completarán su adhesión a Tararaina rellenando un formulario que todo aquel interesado puede recibir por email pidiéndolo a tararaina@camaleo.es.

Los proyectos pueden ser simples ideas iniciales o estar inmersos ya en proceso de desarrollo, sin importar su naturaleza jurídica, pero sí su potencial de impacto social. Camaleo les acompañará para implementar estrategias de innovación social. «Les ofreceremos formación y apoyo para terminar de pulir sus proyectos e identificar ese impacto social, ponerlo en valor, pero también ahondando en otros aspectos clave como son la sostenibilidad o la rentabilidad», define Ángela Millán.

Habrá una segunda fase. A continuación se realizará una selección de proyectos que entrará en una plataforma desde la que atraer inversión, tanto individual, pública como privada, contando ya con el compromiso de los agentes locales y comarcales como con firmas autóctonas. «Hay alternativas más allá del crowdfunding más ligadas al territorio y que funcionan mejor porque la gente se siente ligada a lo que tiene cerca», añade Ángela Millán. Los primeros pasos se centran en las comarcas de la Jacetania y el Alto Gállego, aunque el deseo es ampliar la extensión. El apoyo desde un inicio de Adecuara ha cimentado y propulsado esta alternativa.

Además Tararaina quiere ser un enlace entre las administraciones públicas y la generación de nuevos servicios para los territoros. Se identificarán las necesidades que desde los diferentes ayuntamientos o desde las comarcas puedan tenerse para darles soluciones desde el emprendimiento social y atraer a nuevos pobladores a la zona.

Multidisciplinar

Camaleo lo conforman un grupo multidisciplinar de mujeres con amplia experiencia en proyectos de ayuda comunitaria y crisis humanitarias. Críticas con el sistema de cooperación internacional decidieron apostar por crear su propia consultoría de servicios de innovación social con una escala de valores rupturista y llegar a la raíz de los problemas. Hay tres aragonesas dentro de esta consultora que giró desde una visión global a otra local y rural, de lo grande a lo pequeño. «Nos dimos cuenta que estábamos trabajando a nivel internacional cuando en nuestro entorno más cercano está pasando lo mismo», indica Ángela Millán.

Antes de activar la inicitiva de Tararaina, que cuenta con una subvención para el 2021 de la Fundación La Caixa, colaboraron en otros programas, como en el exitoso proyecto de Jóvenes Dinamizadores Rurales con apoyo al diseño de La Era Rural, una red que pretende revitalizar el entorno rural aragonés desde el liderazgo y emprendimiento juvenil.