Teruel despidió ayer sus fiestas de la Vaquilla. A las 5.30 de la madrugada empezó el lunes festivo en Teruel. La noche se prolongó hasta el ensogado de los toros y su posterior traslado a la nevera. Los astados fueron los protagonistas de la jornada que cerró los festejos, que este año han contado con menor afluencia de gente. Fue un día más tranquilo, de despedida tras un fin de semana muy intenso.

El traslado de los toros fue rápido y transcurrió sin ningún tipo de incidentes. A las ocho ya los animales ya estaban en la nevera. Ya por la tarde, a partir de las 18 horas, los toros ensogados correrieron por el Centro Histórico de Teruel.

Por la mañana las vaquillas infantiles fueron las encargadas de hacer correr por el centro histórico de Teruel los más pequeños. Muchos de ellos se acercaban al animal, pero con respeto, aunque con ganas de divertirse en el festejo taurino. Y es que en Teruel, la afición por los toros comienza en la infancia.

La Cruz Roja realizó 56 intervenciones durante la tercera noche de las fiestas de La Vaquilla de Teruel, ninguna de ellas de gravedad, según informó la organización. Las incidencias fueron fruto de distintos traumatismos, esguinces, picaduras y heridas leves, además de cuatro intoxicaciones etílicas, uno de ellos menor de edad.

De los traumatismos, seis fueron trasladados a la unidad de rayos del Hospital Obispo Polanco. En cuanto al recorrido de los toros ensogados de la madrugada, se hicieron dos intervenciones.

Las actuaciones se llevaron a cabo entre las 22.00 y las 08.00 de esta mañana y fueron 30 menos que el año pasado en el mismo periodo de tiempo.