La reforma del impuesto de Sucesiones y Donaciones que impulsó el Gobierno de Aragón, tras el acuerdo alcanzado con PP, Ciudadanos y PAR, entró en vigor ayer, de forma que, por norma general, a los aragoneses con parientes de patrimonio elevado les saldrá más barato heredar o recibir donativos de familiares cercanos. Al menos les igualará más a la media española, objetivo por el que el presidente Javier Lambán aseguró que aceptó la reforma, dado que el tributo en sí, a diferencia del resto de grupos con los que se alío, lo sigue viendo «justo».

La modificación legislativa supondrá, según los cálculos del consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, que el Gobierno de Aragón recaude unos 40 millones de euros menos al año, en unos impuestos que, hace dos años, supusieron 123,8 millones de euros, o 108,3 en el 2015, y que rara vez bajan de 100. Aunque el efecto de esta merma tardará aún algún tiempo en notarse, y desde luego no lo hará durante este ejercicio. Según recordaba Gimeno ayer durante su visita a ExpoCaspe, como recogió Aragón TV, «hay seis meses de plazo para pagar, y rara vez la gente quiere hacerlo el primer día, como es normal en estos casos». También volvió a reclamar una armonización fiscal de las comunidades. La reforma legal afecta a varios supuestos entre los más habituales. O relativamente comunes más bien, ya que, por ejemplo, el año pasado apenas un 10% de los familiares más directos de los fallecidos tributaron por sucesiones, al no llegar al umbral de herencia necesario para aplicar el gravamen. Aun así, esta cota ha subido, aumentando la cantidad que se puede heredar sin tributar, o bonificándola en mayor medida que antes.

Así, por ejemplo, el cónyuge, ascendente o descendiente que herede de un finado hasta 500.000 euros (575.000 en el caso de que se trate de una persona con una discapacidad de entre el 33% y el 65%), no tendrá que pagar impuestos por ello, sin importar cuánto patrimonio tuviese antes. Y contará con una reducción suplementaria de 150.000 euros por cada hijo menor que quede al cuidado del cónyuge. Hasta anteayer, el límite exento de tributación básico se limitaba a los 150.000 euros.

En el caso de los hermanos, se introduce un nuevo artículo, el 131-9, por el que se eleva la reducción de tributación hasta los 15.000 euros.

Además, si los beneficiarios de la herencia fuesen víctimas de violencia de género o de actos de terrorismo, se da una reducción de pago del 100% para los cónyuges, ascendientes o descendientes. Para todos los efectos de la ley, se equipara la pareja estable no casada al cónyuge, siguiendo la regulación del Código de Derecho Foral de Aragón.

La nueva norma también contempla beneficios específicos para el caso de que la herencia recibida sea una empresa.

Así, los cónyuges, ascendientes y descendientes que reciban en herencia un negocio familiar se ahorrarán el 99% de la tributación. Y otros herederos más lejanos pagarán la mitad, hasta el 70% en el caso de que se trate de un negocio de reducidas dimensiones (cifra de negocio neta inferior a diez millones de euros). En el caso de que el dinero se invierta en la creación de un negocio, también tendrá una bonificación del 50%. Todo ello teniendo en cuenta algunos requisitos como que se mantenga la plantilla preexistente.

VIVIENDA

La vivienda es otro de los objetivos especialmente contemplados en las nuevas ventajas. Así, la herencia destinada a la compra de vivienda habitual estará exenta de tributación hasta los 200.000 euros, y tendrá una bonificación del 65% desde ahí hasta los 300.000.

En la misma línea, en donaciones, también estarán exentas las de hasta 250.000 euros para primera vivienda habitual (computadas en 5 años), siempre que el patrimonio del hijo no superase los 100.000, y con otras condiciones como no venderla en 5 años.

Como norma general, las donaciones de hasta 500.000 euros se verán bonificadas hasta el 65%, también computadas a lo largo de cinco años.