Un equipo de investigación especialmente venido de Barcelona se encargará de indagar en las causas que motivaron el incendio de dos naves de la Cooperativa Virgen de la Oliva, de Ejea. El suceso se produjo en la noche del jueves al viernes, por motivos aún desconocidos, y provocó elevadas pérdidas, valoradas en una primera evaluación en más de 800.000 euros.

"El hecho de que las pesquisas sobre este caso correspondan al grupo especializado de Barcelona obedece a las características del suceso y a las dimensiones de la empresa afectada", señalaron ayer fuentes de la Benemérita en la Comandancia de Zaragoza. "Normalmente, la investigación se otorga a un servicio radicado en el territorio, pero, en función de la gravedad e importancia del mismo, puede encomendarse a Barcelona", añadieron.

LLAMARADAS Las naves afectadas se hallaban repletas de pacas de alfalfa, hasta un total de 2.500 toneladas, y la fuerte humareda creada, así como las llamaradas, provocaron de inmediata la alarma de los vecinos, que avisaron a los servicios de emergencia.

Fuentes de la cooperativa que las pérdidas son muy elevadas y que se producen en un momento en que la mercancía (más de 3.000 pacas) ya estaba empaquetada y lista para servir a distintos clientes.

El fuego fue rápidamente controlado, pero aun así se hizo necesaria la presencia de un retén para evitar que las llamas se reavivaran, una medida de precaución que se toma siempre en estos casos.

Sobre las causas del siniestro, todo depende de la investigación que realice la Guardia Civil. Pero en un primer momento se señaló que podía deberse a un proceso natural de autocombustión.

La instalación industrial se halla en Bardenas, un barrio de Ejea de los Caballeros donde los vecinos vivieron una noche muy agitada, si bien no se registraron daños personales. No obstante, los vecinos con problemas pulmonares tuvieron acceso a máscaras protectoras que repartió la Cruz Roja.

Gran parte del esfuerzo del equipo antiincendios desplazado al lugar del fuego, perteneciente a la Diputación de Zaragoza, se centró en evitar que las llamas se extendieran de forma incontrolado, dado que en las inmediaciones de los almacenes se encuentran unos depósitos de combustible para los socios de la cooperativa.