-¿Qué caracteriza a su candidatura, apoyada por Itxaso Cabrera, ‘Adelante por Aragón’?

-Somos una candidatura en la que se auna la experiencia de distintas personas en las instituciones y nuevos rostros y nuevas voces. Ya hemos visto que la mirada masculina que siempre ha tenido la política ha sido más excluyente que inclusiva. Por eso apostamos por el feminismo del 99% para todas las personas que se sienten con ganas de transformar la sociedad y que, como nosotras, se sienten machacadas por este sistema capitalista, heteropatriarcal y machista que precariza nuestras vidas. No es una candidatura ombliguista, tiene una clara raíz ciudadana y por eso hay especialistas en servicios sociales como Carmen Mesa, un médico reputado como Fernando Ramos o José Luis Rodríguez, mediador gitano, que podría ser el primer diputado gitano de nuestra democracia aragonesa.

-¿Está satisfecha con la trayectoria de Podemos Aragón?

-Una seña de identidad que nos ha hecho fuertes es la pluralidad. Hace cuatro años nos presentamos a las Cortes teniendo en cuenta todas las sensibilidades de Podemos. Eso nos hizo sacar los mejores resultados de todo el Estado y esta nueva dirección no ha hecho lo mismo. Este último año Lambán no ha dado todo el respeto que merecían los 140.000 votos de Podemos y la militancia quiere exigencia frente a Lambán. No quiere que seamos la prolongación del PSOE, sino una fuerza propia.

-¿Se ha desdibujado el proyecto inicial de Podemos?

-Cuando llegamos a las instituciones decidimos ser oposición pero llegando a pactos concretos, como en los presupuestos o en la investidura, pero últimamente ha habido cuestiones relacionadas con el ICA o la reforma de Sucesiones que ha roto el acuerdo que teníamos para tener una política fiscal justa y progresiva. A la dirección le ha faltado estar a la altura de las circunstancias.

-¿Defiende la confluencia de la izquierda? ¿También en el Ayuntamiento de Zaragoza?

-Nosotras apostamos siempre por las confluencias entendiendo como tal la participación ciudadna en política y que esta sea la política del cambio. En Zaragoza así ha sucedido y eso ha hecho que tengamos un ayuntamiento en Zaragoza que ha reducido la deuda, ha abierto la institución a la ciudadanía y la próxima legislatura se debería continuar así. La gestión de Santisteve y Broto es lo mejor que le puede pasar a Zaragoza en Común y a la gestión municipal. En Aragón, si queremos el cambio, debemos sumar gente porque así somos más fuertes.

-¿Pactaría con el PSOE si fuera necesario?

-Un Gobierno que mejore la vida de la gente tiene que pasar por Podemos y haremos todo lo posible para que no gobierne ningún partido que haga políticas de derechas. Por eso aspiramos a liderar el cambio que quieren los aragoneses. Si hay mimbres para sentirnos de un Gobierno que lo haga, ahí estaremos.

-¿Teme que el partido pueda salir resentido de las primarias?

-Siempre hemos mantenido que la militancia debe ver las primarias como un proceso natural que garantiza la democracia interna y la pluralidad. Maru Díaz y Escartín pueden legítimamente configurar la lista que quieran y apostar por su forma de dirigir, pero hace cuatro años se integraron todas las sensibilidades. El mejor ejemplo es que Violeta Barba se enfrentó a Echenique y hoy es la presidenta de las Cortes. Que todos tuviéramos cabida nos hizo sacar tan buenos resultados.

-¿Empieza Podemos a actuar orgánicamente como cualquier partido tradicional?

-No debería ser así, porque las asambleas deben ser soberanas y hay que animar a la participación. Sí es verdad que tenemos que volver al principio de Podemos. La política no es poner la maquinaria del dinero, es debatir de ideas y no de recursos. Tenemos que demostrar que nos parecemos a la sociedad que queremos representar.

-¿Cuál sería una de las primeras medidas si gana las primarias y las elecciones?

-Si gobernáramos y estuviera en mi mano, volveríamos a tener un sistema fiscal progresivo y justo, recuperaría Sucesiones, daría una alternativa al ICA y redistribuiríamos los recursos para que todos tuviéramos los mejores servicios públicos.