La erosión natural de la tierra que conlleva el proceso geológico podría ser la causa de los desprendimientos del terreno y las grietas. Según explicó el hidrogeólogo, Agustín Muñoz, los taludes, que también son producto de la evolución geológica, son terrenos inestables y susceptibles de padecer alteraciones bruscas. Otra posible causa que apuntaron los técnicos que acudieron ayer a la zona afectada es la posibilidad de que exista una corriente subterránea de agua, cuya existencia se ignoraba hasta el momento, y que combinada con la acción del río Ebro, habría precipitado la erosión de esta zona. Parece menos probable que se trate de una dolina, ya que --según apuntaron-- no es una zona rica en yesos.