El médico que pasa consulta en el pueblo ha sido la primera persona consultada a la hora de solicitar la subvención para la mejora del consultorio. «En nuestro caso no ha dicho que era necesaria la compra de un desfribilador», aseguró ayer la alcaldesa de Villalengua, Ana Villar. Este pueblo de la comarca de Calatayud opta a una ayuda de 2.000 euros, según se publicó en el Boletín Oficial de Aragón

La regidora asume que la prestación de servicios en los pueblos pequeños es mucho más complicada que en las zonas pobladas, pues cualquier arreglo supone una carga en las argas municipales. También en áreas como la educación, pues de cara al próximo curso ya están pensando en las obras que tendrán que hacer en las escuelas. «Es necesario mimar los servicios para que no desaparezcan», indicó.

Una situación diferente se encuentran en una localidad de mayor tamaño, cercana a Zaragoza, como Cuarte de Huerva. «Con nuestro número de habitantes censados, y la población flotante a la que tenemos que ofrecer servicios, deberíamos tener un centro de salud», protesta el alcalde Jesús Pérez.

El responsable municipal recordó que han cedido incluso los terrenos al Gobierno de Aragón, pero que la inversión necesaria no se concreta. «Es una lástima que mientras hagamos mejoras en el consultorio, amueblando y ampliando las instalaciones, no se tomen medidas reales», lamentó.

Otras localidades, ante la urgencia derivada de contar con una población muy envejecida, han optado por hacer frente a la ampliación de sus consultorios con recursos propios. Es el caso de Calatorao, que este mismo año ha realizado obras para suprimir barreras arquitecnónicas y para mejorar la comodidad de las consultas.