La versión de los trabajadores, un año después de suspender los paros parciales dista mucho de la idílica imagen de la tranquilidad. A su juicio, las mejoras acordadas para firmar la paz en el 2016 están llegando «pero con retraso» y la empresa, ahora llamada Avanza Zaragoza «no está cumpliendo con todo lo que se comprometió a hacer». Por todo ello, califican este momento como «una paz con alfileres» a punto de saltar por los aires, ya que se está hacciendo caso omiso a sus denuncias y el consistorio no actúa. «Saldremos pronto a la calle para trasladar al ciudadano lo que está ocurriendo», explicó el presidente del comité de empresa, Javier Anadón.

Haciendo un repaso a todas las mejoras que prometió el ayuntamiento, recordó que los aseos «debían estar instalados todos a finales del 2016 y aún faltan por poner», celebra que se hayan creado nuevos carriles bus «en el paseo Constitución y en Corona de Aragón principalmente», pero se contrarresta con el «auténtico punto negro para el tráfico» en el que dicen que se ha convertido la plaza Paraíso, y en la prestación del servicio destacó que «siguen sin estar aprobados los nuevos cuadros de marcha» que debían estar funcionando desde el 1 de enero, o el que «igualaría los descansos» para toda la plantilla.

Es la parte del consistorio que enfada al comité en ese «acuerdo tripartito» que se firmó en abril del 2016. La relación con la otra parte, la dirección de AUZSA, ahora Avanza Zaragoza, sigue muy similar a la que había porque «está incumpliendo su palabra y los compromisos que adquirió en el momento de suspender los paros». De hecho, Anadón asegura que muchos de sus encontronazos «ya están en los tribunales» y se va a pedir que actúe a la Inspección de Trabajo.

En paralelo, resalta el «lavado de cara» que ha emprendido la empresa al renovar a todos los cargos directivos que había en abril del 2016. El último en salir, el responsable de Explotación, Luis Ribera, que sustituyó a su antecesor, Eduardo Sánchez, en plena negociación por la huelga. «Ha asumido su derrota al renovar a toda la cúpula y cambiar la marca», apuntó Anadón, quien añadió que, en su opinión, «también es una forma de eliminar testigos de lo que se acordó y que ahora puedan decir que ellos no estaban». H D. L. G.