De momento, la posibilidad de que las familias de personas dependientes puedan dejarles en un centro residencial durante la noche está contando con una escasa demanda en Aragón. De las cuatro plazas que se ofertaron, el pasado mes de marzo, en la residencia Romareda de Zaragoza --la única en la que se implantó la medida-- tan solo se ha ocupado una aunque otra de ellas podría cubrirse en breve.

En todo caso, fuentes del Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno aragonés aseguraron que se habían recibido alrededor de una veintena de peticiones de información acerca de este servicio y que, en todo caso, la baja demanda entraba dentro de lo previsto a estas alturas. "Era lo previsto. Se llevó a cabo la oferta por ampliar el catálogo de servicios de la Ley de Dependencia, pero éramos conscientes de que la demanda no iba a ser mucha", indicaron estas mismas fuentes.

Por todo ello, la DGA ha aplazado su intención de extender esta medida a otros centros de la comunidad autónoma y, además, ha dado orden de publicitar el servicio tanto en centros de salud como en los trabajadores sociales, ya que existe cierta sensación de que la medida todavía se desconoce entre la opinión pública.

Con la puesta en marcha de este servicio, Aragón culminó la ejecución de las prestaciones que prevé la Ley de Dependencia. El programa de estancias nocturnas está disponible los 365 días al año y los usuarios cuentan con flexibilidad de entradas y salidas, que se podrán producir entre las 19 y las 22 horas y las 8 y las 11.30, respectivamente, en función de las necesidades de cada familia.

El único requisito es que se trate de personas con grado de dependencia de entre 2 y 3, es decir, los dos niveles más pronunciados. De forma extraordinaria, durante los primeros meses de aplicación, para solicitar este servicio basta con una llamada al centro, que se encarga de todos los trámites.

El objetivo de este programa, según expusieron en la presentación del servicio tanto la consejera María Victoria Broto como el gerente del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), Joaquín Santos, es el de "compatibilizar mejor la vida laboral y personal". En principio, va dirigido especialmente a personas que por sus dolencias tienen "un descanso agitado", indicó Santos, por lo que su cuidado resulta más complicado para sus familiares. Esta medida, a pesar de la escasa aceptación, supone un nuevo avance de Aragón en su lucha por revertir su situación en cuanto a la aplicación de la Ley de Dependencia. Los últimos informes del Imserso confirman la recuperación de la comunidad en este servicio. De hecho, los 18.547 beneficiarios del mes de mayo suponen la mayor subida respecto al mes anterior al menos en los últimos tres años. Nunca antes a lo largo de este periodo, Aragón había registrado un incremento de algo más de 350 personas atendidas como el registrado ahora --en abril había 18.195--.