El aragonés Carlos Alejandre, del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), consideró que la energía está detrás de casi todos los 17 ODS de la ONU, más aún considerando que los combustibles fósiles, lejos de perder peso, suponen hoy un porcentaje mayor en el mix energético que en los años 90.

La solución pasa por las renovables, y a juicio de Alejandre Aragón también puede jugar un papel de liderazgo en este campo, pues falta por resolver el problema del alamacenamiento para que estas energías sean competitivas. El investigador admitió que Aragón «no va a resolver el problema mundial de la energía», pero consideró que tiene todos los ingredienes para poder lograr un autoabastecimiento casi completo para el 2030: cierzo para la eólica, abundante terreno e insolación para la solar, ríos que podrían aprovecharse más para la hidroléctrica y capacidad de investigación con sus centros actuales.

A este respecto la oscense Isabel Benito, experta en financiación de la I+D+i, consideró que hoy en día dos de los tres pilares de la investigación son de difícil competencia: el talento (que Aragón lo tiene, con ingenieros reconocidos a nivel mundial) y los clientes. Ambos factores los comparten muchos territorios en el mundo, pero Aragón destaca por el coste asumible de la investigación, entre los programas europeos y los incentivos fiscales, que hay que saber vender.