En Aragón hay entre 70 y 80 personas con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), enfermedad degenerativa del sistema nervioso, pero que no afecta a las funciones intelectuales, y de la que cada año se diagnostican diez casos nuevos en la comunidad, explicó ayer la neuróloga Pilar Larrodé.

Larrodé, del Servicio de Neurología del hospital Clínico de Zaragoza, informó en una rueda de prensa de las características, incidencia y repercusiones sociales de esta enfermedad, con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la ELA el próximo lunes. Durante esa jornada, las asociaciones de afectados y familiares pretenden llamar la atención sobre las necesidades de estos enfermos, que no tienen cura.

La ELA es una enfermedad degenerativa del sistema nervioso, en concreto de las neuronas motoras, que produce debilidad y atrofia muscular progresiva y que se extiende a todas las zonas del cuerpo.

Sin embargo, no afecta a las funciones intelectuales, por lo que estos pacientes se dan cuenta de todo, explicó a Efe la doctora Larrodé, quien agregó que la patología aparece en torno a los 55 o 60 años.

Los primeros síntomas son la debilidad en las manos o las piernas, que se extiende a los músculos del cuerpo, que van perdiendo fuerza. Los pacientes se van limitando físicamente, sufren incapacidad laboral y acaban en silla de ruedas, además de perder las funciones de hablar, deglutir y respirar, señaló Larrodé.

Para las familias supone un gasto enorme, puesto que los pacientes deben tener mucha rehabilitación y al final de la enfermedad necesitan sillas de ruedas o ventiladores.