Doce años después de publicar "El secreto egipcio de Napoleón", Javier Sierra está reescribiendo este libro, en el que novela la noche de agosto de 1799 que Bonaparte decidió pasar aislado en la Gran Pirámide, porque ha averiguado más detalles de dicho acontecimiento histórico.

El escritor turolense, cuyo libro "El maestro del Prado" fue el más vendido de ficción en España en 2013, realiza esta tarea por segunda vez -ya reescribió "La Dama Azul"- ya que, ha explicado en una entrevista con Efe, decidió hacerlo tras una profunda reflexión sobre la creación literaria.

"La obra literaria no se estanca hasta que el autor fallece. El escritor siempre tiene el derecho de revisarla, mejorarla, ampliarla o reducirla, en función de su propia evolución como narrador", ha afirmado Sierra.

"En estos doce años he averiguado muchas más cosas de ese incidente y he decidido que era el momento de reescribir la novela", ha añadido.

Sierra ha protagonizado hoy en Zaragoza, como parte de los actos organizados por el Ayuntamiento alrededor del Día del Libro, una lectura de "El maestro del Prado", que se ha visto interrumpida por un recuerdo a García Márquez.

Uno de los lectores, entre los que se encontraba el propio Sierra, ha recitado las primeras frases de "Cien años de soledad", en recuerdo del autor recientemente fallecido.

En este sentido, Sierra ha explicado que como escritor, García Marquez es "un inmortal".

"Su obra está ahí y va a estar ahí siempre, por lo tanto yo lo siento como persona pero no como lector, porque sus obras siguen más vivas que nunca", ha afirmado.

Tras la lectura del comienzo de la que probablemente sea la obra más conocida del autor colombiano, mexicano de adopción, el acto ha seguido con la narración de las primeras páginas de un libro contado en primera persona por el propio Sierra, en el que se invita a reflexionar sobre la forma en la que se observa el arte.

La novela transita por la historia oculta de algunas de las obras maestras de la historia del Prado y parte de una experiencia que tuvo en 1990, cuando, visitando el museo como estudiante, se tropezó con un señor mayor que le enseñó "no a ver los cuadros, sino a leerlos", ha explicado.

Así, y contemplando ambos una obra de Rafael, aprendió a acercarse a ciertas claves interpretativas que ahora intenta transmitir al lector.

"Decidí novelar esto porque me di cuenta de que tenemos una aproximación al arte muy superficial, nuestra cultura se acerca a las grandes obras de arte casi exclusivamente por su belleza y la gran mayoría no se hicieron con un propósito estético sino para contar cosas", ha subrayado.

Este autor, quien consiguió situar "La cena secreta" como uno de los diez libros más vendidos en Estados Unidos, se ha referido a la creación literaria, de la que ha afirmado que goza de "buena salud", debido a la entrada de gente nueva al mundo de las letras, sobretodo de las hispanoparlantes, que dinamizan el panorama literario en un momento, sin embargo, de crisis editorial.

"Se va a ver mucho el impacto de las nuevas tecnologías en sectores minoritarios de la literatura como la poesía, que estaba muy reducida a los cenáculos poéticos", ha afirmado Sierra, quien ha dicho que, con las redes sociales, los versos pueden ser de 140 caracteres.

"Seguiremos teniendo libros porque el ser humano es una criatura que necesita tocar, pero la virtualidad de los textos está bien para llegar a una gran masa de gente".

Sierra ha explicado además que, en su opinión, el buen escritor es aquel que desea comunicar y que escribe de manera atractiva y de acuerdo a los gustos de cada época.

"No es lo mismo escribir una novela en época de James Joyce que en la de Gabriel García Márquez", ha concluido.