No se puede entender el estilo de vida español sin los bares. Es quizá por ello que nuestro país tiene algunos de los mejores "barmans" y que somos toda una potencia mundial en coctelería: un campeonato en técnica el año pasado, otro en decoración en 2018, tres platas y un bronce lo corroboran.

Esta semana, en el LXV Congreso Nacional de Coctelería que se celebra en Zaragoza le toca el turno, entre otras, a la modalidad "sparkling", en la que el elemento principal del combinado es una bebida espumosa, en este caso el cava de denominación de origen.

Un total de 55 "barmans" de las 20 asociaciones de todo el país que componen la Federación de Asociaciones de Barmans Españoles (FABE) compiten esta semana por el título nacional, que les dará acceso para representar a España en el campeonato del mundo, que se celebrará en la ciudad china de Chengdú.

En las mesas de mezcla y preparación, donde los asistentes al congreso pueden ver cómo trabajan los distintos competidores, priman el color, los olores, la chispa y, sobre todo, el espectáculo que implica la elaboración de un buen cóctel.

"Al final todo es espectáculo", reconoce a EFE el vicepresidente de FABE, Juan Carlos Muñoz, quien pone, no obstante al mismo nivel a los concursantes que compiten en técnica como a los de la disciplina más vistosa, el "flairtending" o coctelería acrobática.

Otra de las modalidades más curiosas que protagonizarán la semana es el "tiki", en la que los concursantes compiten ataviados con atuendos hawaianos por la procedencia de la combinación.

Pero hoy era el turno de los más jóvenes -ninguno sobrepasaba los 27 años-, que en dos fases se miden para ganar la "Ultimate Monin Cup". De diecioch iniciales pasarán solo ocho a la final, que tendrá lugar a última hora, y solo uno se alzará con el título y con el pasaporte a París, donde se celebrará el campeonato internacional.

Por turnos, de cuatro en cuatro, los participantes se van colocando en una primera mesa donde en un tiempo máximo de 15 minutos preparan sus jugos y los distintos elementos que contiene su cóctel, para después pasar al escenario principal donde se produce la llamada "mise en place", la puesta en escena final.

Entre los ingredientes, los reyes son la lima, que impone con rotundidad su olor en la sala, y la piña, aunque también aparecen limones, manzanas de diversas clases, pepino, naranjas, hierbas aromáticas y hasta chocolate negro.

En cuanto a las bebidas, no faltan el ron blanco, el güisqui o la ginebra, junto con distintos jarabes y zumos, que dan como resultado combinados en los que predominan los distintos tonos de verde, aunque también los hay tirando a marrones.

Los jóvenes aspirantes, a los que se les notan los nervios, no deben perder el protocolo ni dejar de cuidar detalles como enfriar las copas adecuadamente -retirando luego los hielos si los hubieran utilizado- o presentar los productos que usan tanto al público como al jurado.

Carmelo Suárez, representante de Gran Canaria, fue uno de los primeros en romper el hielo con su cóctel de ron "plantation", triple seco de puré de manzana, zumo de limón y zumo de piña. Expresa después de presentar su creación que "no hay palabras para describir lo que se siente".

Sin embargo, asegura que "el proceso es muy duro" y que hay que dedicarle "mucho tiempo, mucha constancia, mucho trabajo", pero al que le gusta la profesión lo toma "con alegría, con ánimo y con ganas de aprender más".

En esa primera terna de concursantes también estaba el malagueño Francisco Javier Palomo con su cóctel llamado "Manzana del edén", que también contenía ginebra, sirope de fruta de la pasión o un toque de tónica, una creación que le costó unos tres meses de trabajo para decidir y perfeccionarla.

"Yo siempre salgo satisfecho, gane o pierda. La experiencia es lo importante y pasártelo bien", concluye con alegría.

Parece que lo tienen más difícil para abrirse paso en la coctelería las mujeres, ya que tan solo había tres chicas entre los 18 jóvenes aspirantes. Una de ellas es Laura Merino, representante de Cantabria, que ha presentado un cóctel con mezcal, licor de amaretto, sirope de fruta de la pasión, zumo de limón natural y zumo de piña.

"Nunca se sabe", dice sobre sus posibilidades, pero se queda con el trabajo, con lo que definitivamente sí está contenta.

Mientras tanto, en la sala, durante el concurso, hay diversos stands de distintas bebidas, como el del "barman" cántabro óscar Solana, quien presenta un vermú macerado en té que lleva su nombre y lo ofrece con una representación muy visual que incluye un "jarreo" para subir los aromas y que se enfríe de forma natural antes de que pase primero a la copa y luego al paladar.