Según un informe elaborado por Adecco, España es uno de los países europeos con tasas de accidentalidad más altas. Los datos indican que, en el conjunto del país, se registra una tendencia al alza en el número de siniestros. El año 2002, en este sentido resultó especialmente luctuoso, ya que se contabilizaron 1.831.938 accidentes durante el trabajo, de los que 1.104 fueron mortales. Una tasa superior a la de otros países europeos.